Las ganas de perder

sinpunto

Sin lugar a dudas la humildad y la sencillez no son cualidades que tenga el señor Andrés Manuel López Obrador. Por el contrario, esta vez su egolatría ha sido mayor que en otras ocasiones. Baste analizar los cientos de miles de anuncios publicitarios que ha tenido el

Movimiento de Regeneración Nacional en las estaciones de radio de todo el país y los canales de televisión. En todos el protagonista ha sido él, y nadie más. Claro está que en el Instituto Nacional Electoral no han querido darse cuenta.

El tabasqueño es el hombre más publicitado de la historia reciente del país. Nunca antes un político habría recibido tantas facilidades para aparecer en los medios masivos de comunicación, y nunca antes alguien que se dedicara al ejercicio de la política había gastado cerca de 20 mil millones de pesos durante los últimos veinte años. Por cierto, la procedencia de esos 20 mil millones de pesos es el bolsillo de todos los mexicanos, y lo que nos falta pagar.

Pese al tamaño del aparato publicitario y las ganas de seguir intentando alzarse con la Presidencia de la Republica, hasta ahora las cosas no le han salido bien. Pero si de algo podemos estar seguros es de que no cejará en el intento porque tiene muchos adeptos que le significan mucho dinero de prerrogativas, y aparte le conviene seguir haciéndolo porque ha logrado un nivel de vida muy alto, en el que desde luego ha incluido a sus hijos.

El problema del señor López Obrador es que no ha entendido que para ganar se requieren muchas cosas aparte de los votos. Por mucho que lo diga y lo repita hasta el cansancio, la franquicia electoral del Movimiento de Regeneración Nacional no le alcanzará en el 2018. Tampoco es verdad que sus adversarios están temblando de miedo como lo afirma en los constantes soliloquios que lanza a las redes sociales. Es más, a la mayor parte de ellos ni siquiera les preocupa. La soberbia es mala consejera, pero no lo ha querido entender. Exigir que otros partidos se sometan a sus designios sin dilación alguna e incondicionalmente, es una muestra de su innegable talante autoritario. Creo que el señor López Obrador se olvidó de que la política es el arte de las relaciones humanas, y la armonía política uno de sus más caros valores. Y mientras no logre entender que para alcanzar la unión de muchos se requiere hacer política, no llegará a ningún lado.

Nadie puede andar transitando por el país viendo enemigos en cada mexicano que no tenga afinidad con su proyecto. Y mucho menos se puede alcanzar la victoria sembrando el camino de rencor. Porque el señor López Obrador no tiene adversarios, a quienes no están con él los considera enemigos. Por lo pronto los dueños del dinero ya lanzaron la alerta a los mexicanos para que observen lo que ocurre en Venezuela. Creo que el señor López Obrador está haciendo todo lo que puede para perder. Al tiempo.

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