Parece que la lista de los demócratas que tiene el país comienza a ensancharse. Y no es que la avalancha de adeptos haga cimbrar al sistema político mexicano tanto como para poner en peligro su viabilidad, pero cada quien tiene una idea diferente de lo que tiene que ser México, y la pone en práctica. El meollo del asunto es que esa democracia a la que tan fácil acuden los “demócratas del momento” no alcanza para hacer una suma de voluntades que consolide los procesos de reforzamiento de la democracia mexicana.
Los tricolores han decidido incursionar en un proceso que tenga más democracia y menos imposición porque los militantes están bastante enojados por el olvido en que los colocan cada seis años. El problema es que los militantes tienen razón porque pese a ser la principal fortaleza del partido muy poco se les consulta cuando de tomar decisiones se trata. Esa ha sido la historia, pero ahora pretenden escribir una distinta y caerán en lo mismo: la imposición.
Los blanquiazules piensan que llevan las de ganar por la supuesta alianza con el Partido de la Revolución Democrática.
Eso les asegura la candidatura pero no el triunfo, porque midiendo posibilidades saben que aún unidos no lograrán superar a Andrés Manuel López Obrador que cada día que pasa siembra en la mente de amplios sectores de la población que hasta ahora es el que mayores posibilidades tiene para ganar en el 2018.
El otro personaje que sigue haciendo su lucha para aparecer en las boletas es el Jefe de Gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, quien lanza un anzuelo a los grupos que todavía andan dispersos para que se sumen a lo que ha llamado el Frente Amplio Democrático, que busca que todos los sectores participen en la decisión rumbo al proceso electoral de 2018.
Mancera también sabe que López Obrador lo apabullaría, pero de lo que se trata es de formar parte de algo para aparecer en la boleta y tener así capacidad de maniobra para una alianza útil, es decir, convertirse en el fiel de la balanza sea con Andrés Manuel López Obrador o contra él. El Jefe de Gobierno advirtió que será difícil que el tabasqueño se sume al Frente Amplio Democrático, por lo que ahora apuesta a construir su propia plataforma.
El problema de la pulverización del voto con tantos frentes y referentes que se han anunciado, es que la lucha se avizora sea entre Morena y los tricolores, que hasta ahora son las dos fuerzas políticas con mayores estructuras electorales. Por cierto, si López Obrador sigue tolerando tanto loco en sus filas como es el caso de Enrique Michel en Jalisco, que se vistió de rey y desfiló como si estuviera en una corte para celebrar su cumpleaños, los mexicanos no se lo perdonarán. Dicho en otras palabras, están haciendo todo porque crezcan las posibilidades de los tricolores. Al tiempo.