Contra todas las previsiones, Mauricio Vila Dosal está dando la batalla por la gubernatura en Yucatán. Mucho le ha servido el reconocimiento que alcanzó cuando
fue responsable del destino de la “Blanca Mérida” por la transparencia que imprimió a las acciones de gobierno y al ejercicio presupuestal. De acuerdo a los sondeos, Vila dio muestra de su experiencia para sacar ventaja durante el primer debate por la gubernatura, señalando que mejorará lo que se ha hecho bien y cambiar todo lo que se debe cambiar.
También hubo momentos de tensión cuando el panista desmintió con pruebas contundentes las acusaciones que lanzó su principal contrincante, el expanista Joaquín Díaz Mena, quien ante la imposibilidad de lograr la candidatura de su partido aceptó sumarse al Movimiento Regeneración Nacional. Quizá pensó que la costumbre de ser candidato a gobernador continuaría, pero el blanquiazul optó por una versión más fresca, joven y con mayor prestigio. No le quedó otra más que retirarse, no sin antes señalar que habría revancha.
Lo cierto es que hasta ahora, la batalla no es con el morenista, sino con el priista Mauricio Sahuí Rivero, a quien tanto el gobernador Rolando Zapata Bello e Ivonne Ortega apoyan incondicionalmente, sabedores del peligro que corre frente a un Mauricio Vila Dosal, a quien respalda su impecable trabajo al frente de la Presidencia Municipal de Mérida, donde cuanta con el reconocimiento de propios y extraños, lo cual lo mantiene posicionado como un fuerte aspirante a la gubernatura.
Yucatán llegó a su máxima temperatura con un debate cargado de acusaciones cruzadas y pocas propuestas de gobierno. Fue este escenario el que eligió Vila para desmentir las acusaciones que realizó Joaquín Díaz Mena, en el sentido de que había utilizado empresas fantasmas durante su gestión; pero recibió una serie de pruebas refutando sus acusaciones del panista, como es el caso del informe de la Auditoría Superior del Estado, análisis del Colegio de Ingenieros, las cuentas públicas del Ayuntamiento que fueron aprobadas, y finalmente el nombramiento del “Alcalde Más Transparente de México”, que por segunda ocasión le entregó el Instituto Mexicano para la Competitividad.
Mauricio Vila también tuvo la oportunidad de poner los puntos sobre las íes desmintiendo los intentos del candidato tricolor por mostrarse como continuador de Rolando Zapata; por esto mostró evidencias de que, en realidad, obedece ciegamente a Ivonne Ortega, quien pareciera la cacique en ciernes de Yucatán, pero con amplio riesgo de perder la gubernatura a causa de sus excesos. Para decirlo de otra forma, las cosas no andan bien para el tricolor en Yucatán.
Finalmente, Vila cerró sus intervenciones con la afirmación de que “no soy el típico político que vendrá a decirles que todo está mal porque el gobierno es de otro partido. Al contrario, mi compromiso está en mejorar todo lo que se ha hecho bien y cambiar todo lo que se debe cambiar”. Al concluir el foro y hablar con la prensa, antes que declararse triunfador, se dio tiempo para hacer propuestas en materia de salud, combate a la pobreza y transparencia, las cuales avaló con los resultados obtenidos como alcalde de Mérida. Finalmente prometió hacer de Yucatán el estado más transparente de todo México”. Al tiempo.