Hasta ahora la insistencia del Movimiento de Regeneración Nacional para quitar y “matar” la evaluación educativa sigue siendo prioridad tanto en la Cámara de
Diputados como en la de los Senadores. Por segunda vez y de forma consecutiva, y utilizando su mayoría, ahora los senadores aprobaron un punto de acuerdo para exhortar al Presidente de la República para suspender la evaluación docente programada del 3 al 25 de noviembre, lo que quiere decir que será el último gran éxito del gobierno de Enrique Peña Nieto.
Y digo que resultara un éxito, aunque relativo, que evidenciara sin discusión alguna el estado de preparación que tienen cada uno de los maestros de todo el país, y en consecuencia podremos estar en posibilidad los mexicanos de todas las entidades federativas de conocer la eficiencia o deficiencia de nuestro sistema educativo. Hasta ahora son los maestros el principal elemento de la medición, algo a lo que se han opuesto aquellos que siempre han combatido políticamente al estado.
Por eso le urge al Movimiento de Regeneración Nacional detener a toda costa dicha evaluación, porque fue una promesa que reiteró durante su campaña política el Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, quien entrará en funciones días después de terminado el proceso, y quien seguramente ante el hecho consumado no tendrá otra opción más que respetar los resultados y darlos a conocer a todos los mexicanos, o simplemente evitar que nos enteremos del estado en que se encuentra el magisterio nacional, con todas las consecuencias.
De testar los resultados, el reclamo de amplios sectores involucrados en el ámbito de la educación será patente, pero sobre todo de los sectores productivos, quienes han sido los más interesados en contar con elementos mejor preparados para el mercado laboral, y ante la posibilidad de una regresión pudiera darse una contracción de los procesos económicos. Pero también del lado oficial habrá reacciones, y si los resultados son positivos amainara la animadversión de amplios sectores sociales ante las falanges radicales del magisterio.
Pero también hay que observar detenidamente los posicionamientos políticos tanto del Presidente de la Republica, Enrique Peña Nieto, como del Presidente Electo, Andrés Manuel López Obrador, quienes tendrán mucho que decir en los últimos días en el poder de uno, y a pocos días de la asuncion del otro, aunque en otro más de sus desplantes Ricardo Monreal haya dicho que si es necesario se abrogara todo el articulado de la Reforma Educativa, propiciando una crisis de salida a Enrique Peña Nieto.
Francamente no creo que los tiempos le den al señor Monreal, porque habrá renuencia de los adversarios, y a menos que pongan en funcionamiento la aplanadora, la Reforma Educativa tendrá que esperar otros tiempos para desaparecer, pero la evidencia del resultado lo conoceremos todos los mexicanos, y eso es lo importante. En esta circunstancia es donde radica la prisa del Movimiento de Regeneración Nacional, porque si la prueba obtiene resultados negativos, se cae el argumento principal de su desaparición, pero si arroja elementos positivos, se revalorará el esfuerzo de la preparación magisterial. Al tiempo.
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