Sin lugar a dudas Andrés Manuel López Obrador tiene un singular estilo de
gobernar que en ocasiones rompe con todos los esquemas del hasta ahora vigente Sistema Político Mexicano. Y no es que el tabasqueño haya inventado el hilo negro, simplemente es que sus innumerables ocurrencias forman parte del debate de todos los días, porque si de algo podemos estar seguros, es que dese hace poco más de diez años y hasta ahora, es quien marca el ritmo de la discusión pública de los asuntos importantes o nimios del país.
El señor López Obrador es el ente político que hasta ahora ha mantenido en vilo a las instituciones desde hace poco más de dieciocho años con sus referencias discursivas y sus acusaciones sin fundamento, que han colocado contra la pared no tan solo a sus opositores, sino también a sus correligionarios a quienes parece haber tomado la medida desde hace tiempo. Eso le ha dado la oportunidad de mantenerse vigente a través del debate constante en los medios de comunicación, aunque no sean los asuntos más trascendentes del país.
El tema de ayer fue el anuncio que realizó en torno a que habrá un censo de maestros en Michoacán para evitar la presencia de aviadores, por lo que se procederá a la actualización de la nómina de los docentes, lo que pareciera una excelente estrategia, pero también tenemos que reconocer que puede terminar en una mascarada más de las tantas a las que ya nos tiene acostumbrados. Por lo pronto lanzó la promesa de que habrá un censo para detectar a los aviadores, pero también aderezó señalando que los gobernadores ya no podrán desviar el dinero de la nómina.
Para decirlo más claro, para Andrés Manuel López Obrador todos los adversarios políticos han tenido la costumbre de sustraer o apropiarse de una parte de los recursos públicos a través de diversas argucias, sin hasta ahora haya señalado montos, o mencionado específicamente a alguien en especial, y mucho menos haya presentado pruebas. Sus acusaciones son genéricas, pero causan un enorme daño en sus adversarios por la falta de cultura política de la mayor parte de los habitantes de este país.
Qué bueno que el Presidente de la Republica ordene un censo de los maestros inscritos en las nóminas del Estado de Michoacán con la finalidad de detectar aviadores, pero que malo que siga permitiendo que la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación siga haciendo de las suyas y manteniendo de rehenes a nuestros hijos. Si quiere ser congruente, lo primero que tiene que hacer es meter a la cárcel a quienes durante años se han dedicado a violentar los derechos educativos de muchas generaciones.
No es vociferando como se puede arreglar la mala marcha de un país o enderezar el camino de las instituciones, sino imponiendo la legalidad, la honestidad y la honorabilidad, elementos que desde hace tiempo fueron secuestradas por la coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. Así como ha iniciado un censo en Michoacán, tiene que hacer uso del mismo recurso en Guerrero, Oaxaca y Chiapas, para evitar que los presuntos grupos de maestros sigan fortaleciendo a grupos delincuenciales y no a la niñez que mantienen como rehén desde hace varias décadas. La CNTE es un peligroso cartel delincuencial. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.