El Proceso de la Contracultura

Sin punto y coma 
Quien haya pensado que con el triunfo de Andrés Manuel López Obrador el
pasado primero de julio las cosas cambiarían para seguir igual, es que nunca entendió hasta donde el tabasqueño esta dispuesto a llegar con tal de imponer su propia visión de lo que tiene que ser el Sistema Político Mexicano. Hasta ahora solamente hemos tenido algunos destellos de lo que pretende el tabasqueño, porque de lo que se trata es de modificar radicalmente la forma de gobierno y el modelo de sociedad que hemos generado desde la promulgación de la Constitución de 1917.
 
 
 
Si bien es cierto que la sociedad que desarrollamos a partir del establecimiento del régimen surgido de las luchas intestinas que durante más de diez años dividieron al país, también lo es que los hombres de ese tiempo lograron establecer un sistema político, económico y social, que si bien nos propicio enormes oportunidades de desarrollo, se quedo trunco a causa de esa persistencia de mantener cotos de poder que propiciaron una tremenda desigualdad y opulencia en pocas manos.
 
Hasta ahora nunca hemos contado con la fórmula para mejorar la distribución del ingreso, y francamente tampoco creo que el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador pueda lograrlo, porque no es a través de dádivas como se generan las oportunidades de desarrollo en una sociedad, por el contrario, esas dádivas lo que propician es la dependencia de estratos sociales que se convierten en rehenes electoreros de quien encabeza el gobierno que reparte y comparte.
 
Ese proceso de contracultura para desmontar el sistema político mexicano ha comenzado por desgracia, y no existen buenos augurios desde el momento en que quienes encabezan esa lucha son los delincuentes del ayer convertidos por obra y gracia del líder del movimiento en piezas importantes para la operación de la nueva forma de hacer país, de construir instituciones, y de cambiar el modelo social, Político y económico en esta mal llamada Cuarta Transformación.
 
 
La asignación de dádivas a los sectores económicos más desprotegidos no es simplemente una forma de ayudar a paliar necesidades, es una estrategia de cooptación para mantenerlos dentro de la fórmula de organización social que se requiere en los tiempos por venir para el sostenimiento del proyecto de largo plazo. Quizá quien la lidera por ahora no será quien finalmente recoja los frutos porque pasarán muchos años antes de alcanzar la consolidación del nuevo modelo de organización social que se instrumenta.
 
Al igual que el proceso de culturización del modelo político, económico y social surgido en la etapa de la Revolución Mexicana, es que se realizarán una serie de acciones tendientes a sembrar en la forma de pensar de los mexicanos la necesidad de romper con las desigualdades a través de un modelo que seguramente acentuará esas desigualdades antes que resolver el problema de fondo, porque la voluntad de un solo hombre no alcanza para un cambio de esa magnitud.
 
 
Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.