Negros nubarrones se ciernen sobre la vida democrática de este país que con
tanto tiempo y esfuerzo nos hemos construido los mexicanos. Mucho se dijo de las verdaderas intenciones de quién ahora detenta la Presidencia de la República y cuyo carácter antidemocrático ha salido a la luz confirmando los temores de especialistas en torno a la construcción de un régimen autoritario y autocrático que implante una dictadura en el país en los siguientes años, sin que los mexicanos podamos detenerlos ante su avasallamiento legislativo.
No es tan solo la democracia la que está en riesgo, es el futuro de las nuevas generaciones que serán aleccionadas mediante procesos de ideologización para formar parte de un nuevo esquema gubernativo basado en la voluntad unipersonal de quién por ahora detenta el Poder Ejecutivo, la mayoría parlamentaria en el Poder Legislativo, y que pretende quitar los escollos que representan los organismos autónomos y la propia Suprema Corte de Justicia del país. Para decirlo de forma precisa, la dictadura está a la vuelta de la esquina.
Bien dicen por ahí que la ignorancia de los pueblos es el principal elemento para la implantación del autoritarismo, y eso es precisamente lo que se pretende realizar al modificar nuestro sistema educativo y ponerlo al servicio de quienes durante muchos años se han dedicado a violentar el avance educativo entre nuestros hijos, y a empobrecer a la patria con sus deleznables propósitos de sembrar la ignorancia por todo el país para evitar que la ilustración se convierta en el principal enemigo de la implantación de su dictatorial proyecto.
La muestra palpable de la abyección del actual Gobierno Federal ha sido la determinación tomada por la Comisión Permanente del Congreso de la Unión de rechazar a comparecer a los Secretarios de Bienestar, de Hacienda y Crédito Público, de la Comisión Nacional de Mejora Regulatoria y del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, cuyos titulares se negaron a aceptar y dar cumplimiento a la recomendación 29/2019, relativa a la cancelación de las estancias infantiles.
Por ello el Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos expresó su preocupación por la determinación tomada, y lamentó que, dejando de lado argumentos y razones sustantivas, así como la necesaria e irrenunciable defensa de los derechos humanos de la niñez, al igual que de las madres y padres trabajadores, el voto parlamentario mayoritario haya hecho nugatoria la aplicación efectiva del precepto constitucional para resarcir y respetar los derechos que les han sido violentados,
Lo peor de todo ha sido ha sido la andanada orquestada por la fracción parlamentaria del Movimiento de Regeneración Nacional cuestionando el trabajo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, con la firme intención de destruir el prestigio moral de sus integrantes y la constancia del trabajo que han venido desarrollando desde hace poco más de treinta años. Si los mexicanos permitimos el desmantelamiento de las instituciones que le han dado viabilidad democrática a nuestra sociedad, esteremos ante el eventual establecimiento de una dictadura encabezada por el Movimiento de Regeneración Nacional. Lo único que nos queda a los mexicanos es la esperanza de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación no ceda ante los chantajes de la Presidencia de la República. Al tiempo.
Por: Vladimir Galeana Solórzano
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