Sin lugar a dudas los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional, incluido su principal líder, Andrés Manuel López Obrador, han
puesto en peligro de desintegración al país. Y no se trata de una fantasiosa afirmación, sino de una circunstancia que hasta ahora pudiera propiciar el rompimiento de lo que conocemos como los Estados Unidos Mexicanos, a causa de los excesos de quienes se consideran dueños de los mexicanos por su presunta mayoría en el Congreso.
Hasta ahora más que comportarse como demócratas, porque surgieron de un proceso cobijado por la voluntad de todos los ciudadanos, los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional y sus aliados han pretendido imponer su mayoría parlamentaria para romper con el entramado legal que nos ha mantenido unidos desde la promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos en el año de 1917, y surgida de uno de uno de los movimientos armados con mayor historia del mundo: La Revolución Mexicana.
Ante la eventualidad de que la atención nacional se ha centrado en el desastre que están organizando los Gobernadores de Tabasco y Veracruz, el primero con su ley dictatorial ley que penaliza hasta con veinte años de cárcel a quienes obstruyan las vías de comunicación, cuando el propio Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador fue quien puso en boga esta forma de protesta cerrando pozos petroleros, y provocando un considerable daño económico entre los habitantes de la Ciudad de México con su plantón en venganza por su derrota electoral.
Por lo que respecta a Veracruz, hasta ahora los hombres y mujeres del bullicioso estado han perdido la fe en las promesas vertidas por Cuitláhuac García, quien los engañó con sus falso compromiso, y lo único que ha propiciado es una caos administrativo de brutales consecuencias a causa de que está más ocupado en sus asuntos personales y afectuosos, y no ata ni desata a la hora de tomar decisiones cuando de ejercer el poder se trata. Por cierto, se dice y se murmura que quien realmente toma decisiones es un sujeto con el que mantiene una estrecha cercanía.
Para ocultar ante la opinión pública la grave circunstancia que se vive en Tabasco y Veracruz, los legisladores morenistas han solicitado al Senado de la República que tomen la determinación de desaparecer los poderes en los Estados de Guanajuato y Tamaulipas, cuyos gobernadores Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y Francisco Javier García Cabeza de Vaca, quienes hasta ahora han sido considerados por sus propios gobernados como buenos. Quizá esa sea la principal causa de la estupidez morenista.
Ojalá quienes ordenaron este tipo de embestida entendieran que los Estados que componen este país son libres y soberanos porque están unidos en un Pacto Federal, es decir, como componentes de una Federación de Estados Unidos y constituidos en una República Federal denominada “Estados Unidos Mexicanos”. El pretendido centralismo morenista es una estupidez al pensar que por una mayoría en el Congreso se es dueño de la voluntad de más de ciento veinte millones de Mexicanos. Si Guanajuato o Tamaulipas determinan su separación de la Federación, estarán en todo su derecho. Si hay un rompimiento del Pacto Federal será por culpa los excesos de quién se siente dueño de los mexicanos. Al tiempo.
Por: Vladimir Galeana Solórzano
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“El progreso científico es uno de los impulsores más poderosos del desarrollo de las sociedades. La investigación es la puerta de entrada a ese desarrollo científico y la práctica del naciente conocimiento es el detonador del progreso. Todos los países deben ser tanto productores como consumidores de la aportación científica y creemos que México tiene el potencial para lograrlo con los estándares más altos de calidad”. concluyó el directivo.Es así como el Instituto Científico Pfizer se ha consagrado como un motor de la investigación y de la actividad académica en la medicina nacional, con presencia dinámica y permanente, desde estudiantes de medicina, hasta investigadores consagrados.
Finalmente, los ejecutivos concluyeron que la compañía está preparada para aprovechar los recursos, el talento y la innovación con el fin de seguir construyendo los cimientos de una sociedad más sana y productiva.