Adiós al “Sufragio Efectivo. No Reelección”. Sin lugar a dudas en el escenario político de este país las decisiones comunes resultan la excepción, porque a los señores
y señoras del poder les da por pretender cambiar el estado de cosas con decisiones que en la mayor parte de las ocasiones lo único que propician es el caos y la confusión. Poco les importa que en algunas ocasiones se violente la Carta Magna, o que sus principales asesores y consultores le busquen la forma de darle la vuelta a las decisiones jurídicas para evadir responsabilidades.
Pero México también ha sido prolífico en decisiones coyunturales provenientes de la más alta esfera gubernamental, para satisfacer los ánimos o las ansias de aquellos que a través de complicidades de poder anhelan la acumulación de riqueza, y el encumbramiento para seguir detentando el patrimonio gubernamental a su antojo y conveniencia. Esa ha sido nuestra realidad en los últimos meses propiciados por esa mal llamada Cuarta Transformación que ni ha logrado transformar al país y ni siquiera mantener los estándares de bienestar que habíamos alcanzado, por el contrario, los procesos de la precarización resultan evidentes. ¿Donde está el dinero? Ojalá lo supiéramos.
Por lo pronto el debate de estos tiempos sigue siendo el posicionamiento del Movimiento de Regeneración Nacional en torno a la elección de Baja California, donde un acaudalado empresario ha mostrado su ambición de mantenerse por un periodo de cinco años cuando la Constitución Local prevé dos años para igualar el calendario nacional. Esas bastardas aspiraciones de poder llegaron al grado de que los diputados locales oficiosamente realizaron cambios en la Constitución local con la finalidad de alargar el mandato para el que fue elegido. La pregunta es: cuanto recibirían por ello?
Pero después de muchas aclaraciones el debate aún sigue manteniendo vigencia porque así le ha convenido al Movimiento de Regeneración Nacional, cuyos principales miembros han entrado en una brutal etapa de cinismo político no tan solo al avalar las bastardas aspiraciones de Jaime Bonilla, sino al manipular la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con su avasalladora mayoría para pretender establecer una dictadura constitucional en el país.
Para decirlo de otra manera, estamos viviendo una negra etapa donde los integrantes del Movimiento de Regeneración Nacional cometen excesos que después adecuan en los instrumentos legales mediante su mayoría parlamentaria y avanzan hacia la consolidación de leyes y modificaciones constitucionales a modo para asegurar la permanencia del proyecto, aunque eso signifique que más que legalidad lo que está a la vista de todos es el cinismo en el ejercicio del poder.
La permisibilidad de Andrés Manuel López Obrador es brutalmente ofensiva a la democracia, y el demócrata de antaño ahora no es más que un simple dictador constitucional porque las leyes que necesitaba se las han entregado la mayoría de diputados y senadores en el Congreso de la Unión. De forma simplista se está anunciando la modificación a la Constitución para la revocación de mandato, lo que en realidad es un artilugio para la reelección presidencial, y Baja California será el primer ensayo. Así de simple la Cuarta Transformación. Al tiempo.
Por: Vladimir Galeana Solórzano
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