Comienzo con la carta renuncia del titular de Comunicaciones y Transportes (SCT): “Señor Presidente: con el mayor respeto que hacía usted tengo por su honorabilidad, su liderazgo nacional y su indeclinable existían de trabajar incansablemente por México y particularmente por los más necesitados, debo comentarle mi decisión de separarme del honroso cargo de Secretario de Comunicaciones y Transportes,
con el que me ha distinguido desde el primero de diciembre de 2018. El motivo que le he expresado personalmente, es mi diferendo por su decisión de política pública de trasladar al ámbito militar de la Secretaria de Marina, las funciones eminentemente civiles de los puertos, de la Marina Mercante y de la formación de Marinos Mercantes, que han estado a cargo de la SCT desde 1970. Lamento muy profundamente el no haber tenido éxito en transmitirle mi convicción y mi preocupación, sobre la grave trascendencia que considero tiene esta medida para el presente y el futuro de México, tanto en lo económico como en lo político.
Quiero expresarle que como mexicano, sigo convencido de la impostergable necesidad de la Cuarta Transformación de la vida de la nación, que usted encabeza, de su propósito de lograr una sociedad más equitativa a partir de la atención prioritaria a los pobres y de terminar con la terrible lacra de la corrupción que ha gobernado a nuestra nación, la que seguiré apoyando desde mi coto personal.
Deseo finalmente agradecerle su trato siempre deferente y la oportunidad que considero invaluable, que me ha permitido colaborar en importantes acciones de su gobierno, lo que he hecho con la mayor convicción, entusiasmo, lealtad y compromiso, con usted y con México.
Quedo de Usted, Javier Jiménez Espriú. “
Ahora, me permitiré insertar la carta que me envió el Doctor Javier González Maciel: “Sr Obrador: A veces cuesta trabajo creer que sea Usted el presidente de un país, de esta nación generosa y magnífica que no se merece su ignorancia supina.
Déjeme decirle que luego de haber completado una especialidad médica en México, estudie en el extranjero una alta especialidad, con los ahorros de dos largos años de trabajo ininterrumpido y con una pequeña beca que me concedió un Consejo Medico por mi desempeño académico.
Gracias a esa formación, he podido ayudar a miles de mexicanos a recobrar su salud durante casi 30 años de carrera. ¿Y por haber completado mis estudios fuera de mi país afirma Usted que debería avergonzarme?
Fue sin duda un tiempo difícil; Yo no me hospedé en hoteles de lujo, ni rente un jet privado, ni viaje a cuerpo de rey como lo hacen sus hijos con el dinero del erario.
¿Pero qué se puede esperar de las declaraciones de un presidente que busca a toda costa dividir a la nación?
¿Qué puede venir de un presidente que en vez de comportarse como un estadista y de gobernar sin distingo para todos los mexicanos, fomentando así el progreso y el logro productivo, atiza el rencor, aviva el resentimiento y siembra el encono entre sus huestes?
¿De dónde saca Usted la autoridad moral para juzgar a quienes, como yo, contribuimos al crecimiento del país? ¿Usted que se ostenta como el combatiente de la corrupción, tolerándola con descaro entre sus leales y serviles? ¿Usted que en sólo dos años acabó con el empleo y con la inversión extranjera y que sumió al país en la peor crisis económica de la que tengamos memoria?
¿Usted que entre los miles de muertos causados por la pandemia, entre los cada vez más numerosos ejércitos de sicarios que matan y masacran sin piedad a nuestra gente, y ante los cadáveres de esas 30 mujeres que a diario son asesinadas en este país, dedica sus mañanas a promociones partidistas y a ocurrencias electoreras? ¿Usted que aplica la ley a discreción o que la sujeta al capricho del pueblo, y que no tiene reparos en condonarle sus delitos a un delincuente confeso con tal de que se comprometa a enlodar a sus enemigos? ¿Usted que llamándose demócrata pretende a toda costa infiltrar a sus esbirros en los organismos electorales? Mentira!…
A usted no le importan los pobres, pues a su visión mezquina y anacrónica de la realidad le cuadra perfecto la expansión de la miseria; ahí es donde compra sus lealtades y donde subyuga con su dádiva la voluntad de los desamparados”.
Los expertos estiman que sus desatinos y su mal gobierno, añadirán a las filas de la pobreza, solo en este año, a 23 millones de personas (Mil 366 nuevos pobres por hora) que le pasarán factura en el juicio de la historia. ¡Antes de juzgar con ligereza, reflexione en sí mismo; a diferencia de Usted y de los políticos mediocres que han gobernado este país, los verdaderamente grandes rectifican el rumbo en la desgracia antes que sacrificar a una nación entera en el abismo de la megalomanía, la terquedad y la torpeza! Al Tiempo.
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