Si algo tengo que decir de este país, es que pertenece a su gente, a sus distintas expresiones de razas que se han fusionado socialmente para construir una gran nación.
Y hay que decirlo con toda su dimensión, Andrés Manuel López Obrador es el Presidente de la Republica, pero no es el dueño del país como él lo piensa para hacer lo que le venga en gana con su mayoría morenista. Que recuerde las etapas de la historia patria en que los mexicanos nos hemos visto a obligar a los sátrapas a dejar el poder, y él no será la excepción.
Y lo digo como un mexicano más de los millones que ya estamos hartos de los desplantes de una presunta nueva casta divina que mediante engaños pretende adueñarse del Mexico tan nuestro y tan vituperado en los últimos tiempos, y apoderarse de la conciencia popular de quienes durante muchos años hemos construido nuestro presente, con muchas carencias por cierto y con notables injusticias, pero es el país que amamos y que defenderemos a costa de todo para evitar que una pléyade de aventureros sigan empecinados en destruir lo que tanto nos ha costado. Lo digo con todas sus letras y lo seguiré haciendo porque es el país en el que he vivido siempre.
Aquí vive mi familia, mis hijos, que por fortuna también han logrado alcanzar una carrera profesional. Aquí están enterrados mis ancestros, y los honro en razón del apellido que me heredaron, y por eso me opongo a la destrucción que desde el púlpito mañanero está organizando el hombre que elegimos para que encabezara los esfuerzos para que las nuevas generaciones tengan mejores oportunidades de las que nosotros hemos alcanzado. El México que tenemos que defender de los embates populistas del inquilino de Palacio Nacional es el México de libertades que debemos cuidar para heredarlo a las generaciones futuras.
No podemos permitir que el negro destino que hasta ahora nos ha pretendido construir Andrés Manuel López Obrador se haga realidad. Nunca podré aceptar una tiranía como las que han ensombrecido a Cuba, Argentina, Venezuela, Brasil, Honduras, y a muchas naciones más de este Continente. Aquí he vivido toda mi vida y lo seguiré haciendo hasta que llegue lo inevitable. Este país no está escriturado para la mal llamada Cuarta Transformación y su propósito destructivo de empobrecernos más de lo que ya estamos.
Es la hora de defender el México de las oportunidades para quien las quiera aprovechar. Insisto, López Obrador es el Presidente de la Republica, no el dueño de la conciencia de los más de ciento veitinueve millones de mexicanos que todos los días trabajamos para llevar bienestar a nuestras familias, a nuestros hijos, y desde luego que para honrar la memoria de aquellos que ya se fueron y que por fortuna no tienen que padecer el horror que ahora se enseñorea. Por mi parte haré lo que siempre he acostumbrado hacer desde que abrace la actividad periodística como destino.
Si el señor López Obrador a través de su vocero Jesus Ramirez cuevas tuvo la deleznable ocurrencia de pedir mi salida de EfektoTv, y de paso evitar que siguiera escribiendo en la empresa en la que trabaje dieciocho años, a lo que por temor le concedieron los dueños, pensando que con ello bastaba para callarme, le tengo una mala noticia, no me voy a callar porque tengo todo el derecho de escribir y decir lo que como periodista he hecho toda mi vida. Voy a defender a mi país, voy a defender a su gente del negro destino que pretende imponernos, pero sobre todo, lo haré porque no voy a renunciar a mis fuertes convicciones de vivir en un país democrático, con muchos defectos, pero nunca aceptaré por destino la tiranía de una ambiciosa clase política que pretenden escriturar para su “líder” el destino de los mexicanos. Al tiempo.
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