El Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, está enfermo, y eso tiene que preocuparnos a todos los mexicanos. Hasta ahora lo que
sabemos es que le hicieron un cateterismo, y no es otra cosa que una sonda delgada y flexible a través de un vaso sanguíneo hasta el corazón para diagnosticar o tratar determinadas afecciones cardíacas, como la obstrucción de las arterias o los latidos irregulares. Por lo general una intervención de este tipo dura entre treinta y noventa minutos de acuerdo a los especialistas.
El tema es grave, porque independientemente de la gravedad de la afección cardíaca del Mandatario, quien hace algún tiempo tuvo un infarto, el problema de los mexicanos es que en el probable caso de que el Presidente de la República falte, se tendría que iniciar el procedimiento que señala la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos. Lo primero qué hay que señalar es que de acuerdo a la Constitución se considera falta absoluta del Presidente de la República la muerte, el abandono del cargo, su renuncia, su destitución o la incapacidad permanente o total para ocuparlo.
En cualquiera de esos casos quien tendría que asumir el cargo de forma inmediata sería el Presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. El Artículo 84 de la Constitución señala que en caso de falta absoluta del Presidente de la República, en tanto el Congreso nombra al Presidente interino o substituto, lo que deberá ocurrir en un término no mayor a sesenta días, el Secretario de Gobernacion asumirá provisionalmente la titularidad del Poder Ejecutivo. En este caso, no será aplicable lo establecido en las fracciones II, III y IV del Artículo 82 de la constitución.
Quien ocupe provisionalmente la Presidencia de la República no podrá remover o designar a los secretarios de Estado sin autorización previa de la Camara de Senadores. Asimismo, entregará al Congreso de la Unión un informe de labores en un plazo no mayor a diez días, contados a partir del momento en que termine su encargo. Pero también señala la Constitución que cuando la falta absoluta ocurriese en los cuatro últimos años del periodo respectivo, si el Congreso de la Union se encontrare en sesiones, designará al Presidente Sustituto que deberá concluir el periodo, siguiendo, en lo conducente, el mismo procedimiento que en el caso del Presidente Interino.
Pero Andrés Manuel López Obrador es un hombre previsor, porque inmediatamente después del cateterismo anunció que por cualquier cosa había dejado un testamento con indicaciones precisas de lo que se debía hacer si él faltaba, lo que desde luego no tendría validez, al menos que sus correligionarios siguieran al pie de la letra sus disposiciones construyendo una mayoría ficticia que seguramente terminaría en un desastre. Pero el Presidente está bien según sus propias palabras en uno de sus acostumbrados videos.
De cualquier forma la salud del Presidente no es la optima, y lo previsible es que por el momento tenga que abstenerse de participar en sus acostumbradas mañaneras ya que su debilidad es manifiesta, y mucho menos podría soportar el trajín de sus constantes recorridos. Lo óptimo es que guarde el reposo que le indicaron los especialistas que lo atendieron, porque su capacidad no está como para salir a sus constantes recorridos y mucho menos para soportar el trajín de sus disertaciones públicas. Lo deseable es que se recupere y que guarde reposo y que Claudia Sheimbaun calme sus ansias de poder. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.