Sin lugar a duda las ocurrencias que tiene el presidente de la Republica un día sí, y otro también, le están costando muy caras a los mexicanos de todas
las latitudes del país, porque son ellos quienes tributan para que el Gobierno Federal disponga de los caudales públicos al antojo de quien por ahora encabeza la mal llamada Cuarta Transformación, y que hasta ahora no ha transformado nada y mucho menos ha tenido los éxitos que señala en sus conferencias mañaneras donde miente un día si, y otro también.
Al presidente de la República se le hace tarde para terminar esas fastuosas obras que salieron de sus ocurrencias para transformar al país en quien sabe qué diablos, pero está gastando enormes cantidades de dinero que bien pudieran servir de paliativo al gran sector de los desposeídos que existen en todas las latitudes de este aún maravilloso país. Para decirlo más claro, el afamado ““Rey del Cash” seguirá con la tónica de invertir en cuantas obras invente porque de lo que se trata es de gastar para ganar. Así de simple.
El afamado Tren Maya ha sido uno de los escudos para mantener esa tónica de disponer del dinero público sin rendir cuentas cuando un viaje en avión a cualquier parte del país cuesta mucho menos que la tarifa contemplada para los trayectos del afamado Tren Maya. Para decirlo más claro, un viaje a la Península de Yucatan se realizará en al menos quince horas, admirando paisajes de la selva del sureste de México y disfrutando no sé qué durante tanto tiempo para llegar al destino final en Quintana Roo. Por cierto, nunca sabremos cuánto costará el capricho porque lo ha declarado de seguridad nacional.
Si usted compara los precios que tendrá el recorrido del Tren Maya y el precio de un vuelo por avión, seguramente preferiría volar y estar en su destino en menos de dos horas, en lugar de observar aburridamente la selva durante más de catorce horas, porque no será un tren de alta velocidad como se utilizan en el Primer Mundo, de esos que lo llevan a su destino a más de ciento cincuenta kilómetros por hora como ocurre en los países del primer mundo y principalmente en Europa y Estados Unidos o Canada.
Y no se trata de denostar la actividad ferroviaria de este país, sino evidenciar que hasta ahora nunca nadie se ha preocupado por recomponer el sistema ferroviario, porque los vuelos de avión son más efectivos por el corto tiempo que se lleva un trayecto de esa forma. Para decirlo más claro, usted viajará a Mérida en menos de dos horas en un avión, pero en el tren maya seguramente serán cerca de veinte horas manteniendo una velocidad promedio de cien kilómetros por hora al menos.
Muchos millones de pesos se invertirán en la construcción del Tren Maya, y los jugosos rendimientos serán de miles de millones de pesos, porque como hemos visto hasta ahora, el presidente de la República todo lo convierte en rendimientos para seguir incrementando su riqueza y la de sus hijos. Dubai y Houston serán el destino principal de los muchachos cuando se comiencen a realizar las obras del afamado Tren Maya. López Obrador nunca ha dado ““paso sin huarache” como se dice en el argot popular, y esta vez no será la excepción. Pero caro, muy caro les saldrá el capricho a los mexicanos. Así de simple. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con 50 años de experiencia en diversos medios de comunicación.