Sin lugar a duda, el periodismo en este país ha caído en la deshonra de quienes se presentan todos los días en Palacio
Nacional, para hacerla de corifeos de un sujeto carente de verdad, mentiroso compulsivo, pero sobre todo solapando la sarta de mentiras e imprecisiones que todos los días aborda sin que alguien ose contradecirlo que para eso les pagan y les pagan, y bastante bien, y les va como si fueran potentados de las letras y la palabra.
Para decirlo más claro, ni siquiera son periodistas los asistentes a las mañaneras, porque de lo que se trata es de que hagan las preguntas que les ministraron, y que se queden embobados elogiando a quien se define como el más avezado de los estadistas del Continente. Para decirlo más claro, El populismo palaciego está en todo su esplendor, pero una vez saliendo de la mañanera se vuelven a sumergir en la vorágine de la mentira falaz.
La mayor parte de ellos ni siquiera saben leer de corrido y sin tropiezo, pero el Presidente les dispensa una atención única como si estuvieran en concordancia para que los tiempos de las mañaneras se vayan en las ocho columnas de los diversos medios de comunicación que aún han sobrevivido, pero además la mayor parte de ellos han llegado a la especialización de adorar al inquilino de a Palacio y pelean por ver quien merece mayor capacidad para elogiar.
El periodismo de estos tiempos ha sido calificado como denigrante por muchos que hemos sido defenestrados, y pese al veto presidencial hemos construido nuestros propios nichos de exposición para decir la verdad de lo que ocurre en este país que tanto amamos, y que por desgracia nos lo han querido quitar, pero también destruir para que no quede constancia de los excesos cometidos por el Presidente de la Republica.
Siempre he dicho que Andrés Manuel López Obrador ha sido un ladrón de siete suelas, y que su credo no es otra cosa más que su yo interno, después su ego, y posteriormente el Súper yo, ese que piensa que domina y que en muchas ocasiones ha mostrado y demostrado que ni siquiera entiende que no entiende, y mucho menos podrá entenderlo porque como dicen por ahí, “lo que natura non da, Salamanca no presta.
Así de simple la demostración de que quienes hemos seguido vigentes de una u otra forma en el mundo de los medios de comunicación. Como dijera el propio Lopez Obrador hace algunos ayeres, “Benditas redes sociales”. Pero también habría que bendecir el talento de los mexicanos de todo el país, que hasta ahora sigue vigente. Los mexicanos somos más inteligentes que aquellos que cayeron en las garras del comunismo ramplón, porque nunca tuvieron un pasado de heroicidad como lo hemos tenido. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.