Sin lugar a duda, los morenistas siguen viendo “moros con tranchete” como dicen algunos mexicanos, que no es otra
cosa que el arma que utilizaban algunos de los miembros de esa etnia, y que no era mas que un cuchillo curvo con el que se intentaba desgarrar el vientre de los enemigos. De cualquier forma, a Don Mario Delgado nada le gusta de lo que hacen las oposiciones, y debiera serenarse porque la lucha electoral se va a poner más fea que Claudia Sheinbaum sin maquillaje.
Pese a que tiene un jefe al que le encanta andar de lengua larga, y por eso ha sido sancionado algunas veces, pareciera que el señor Delgado como el lambiscon que siempre ha sido, ahora se rasga las vestiduras y acusa al Tribunal Electoral, como lo hace siempre que hace uno de esos “entripados”, de ser excesivos en las decisiones porque ahora su jefe ya agarró la maña de dar golpe y esconder la mano.
Dice un refrán popular que “el que a mano pega, tiene por regreso un puñetazo en el hocico” y eso es lo que siempre ha hecho el inquilino de Palacio Nacional, quien le encanta criticar pero no quiere ni siquiera que lo toquen con el pétalo de una crítica mordaz, y de pronto el señor Delgado sale como el arrastrado mayor, a defender a su líder moral con toda la pantomima de que es capaz, con tal de congraciarse con el inefable inquilino de Palacio Nacional.
Ya entrado en su lloriqueo, el dirigente Nacional de Morena ahora le dio por acusar al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación de haber distorsionado las declaraciones del mecias presidencial, que un día agrede, y otro también sin que nadie le haga absolutamente nada. Pero cuando sale de lengua larga ofendiendo a los presuntos adversarios y es reconvenido, de inmediato se coloca en el papel de mártir de la democracia cuando lo único que ha mostrado ser es un remedo de dictador de tercera clase.
Desde Azcapotzalco el líder morenista al que siempre le ha gustado el arroz con popote como dicen algunos veracruzanos, denunció que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, alteró las palabras del presidente lengua biperina, al sancionarlo por violencia de género, lo que habla de que el inquilino de Palacio es de los que dan el golpe y esconden la mano para martirizarse de que todos lo queremos exhibir.
Pero al llorón de Mario Delgado le sale lo criquita y casi llorando reclama que esta sumamente preocupado porque el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación basó su resolución en una versión alterada de los hechos y de sus declaraciones. Mire don Mario, bien dicen por ahí que “el que se lleva se aguanta”, y usted hasta ahora siempre anda lloriqueando pensando que con eso el aspirante de dictador lo tendrá siempre presente. No sea criquita, y aguante la vara que tanto le gusta. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.