Y no se trata del marido de Eva, y tampoco había una víbora para hacerlo pecar. Quizás no estaba en unos de esos días
dónde todo sale de acuerdo a las predicciones de los gurús de las campañas políticas. Y claro está que como señalan los especialistas las campañas políticas son impredecibles y todo puede ocurrir, y más cuando un candidato comete algún error que al final le viene saliendo muy caro.
Si definimos lo que es una campaña política tendríamos que decir que es un proceso de comunicación intenso, controlado, en un espacio de tiempo determinado, con la finalidad de que un candidato señale a la gente sus aspiraciones de alcanzar un lugar en el esquema gubernativo o cameral, con la finalidad de alcanzar una carga determinada que le permita coadyuvar en el mejoramiento de la vida pública.
Pero uno de los más grandes requisitos que se requieren en una campaña política es eso que denominamos comunicación, que no es otra cosa que promover una comunidad, crear algo en común. Es un proceso mediante el cual se transmite información, ideas, actitudes o emociones con la intención de lograr una identidad entre quien emite y quienes reciben el mensaje, que no son otra cosa que los receptores.
En uno de sus recorridos Adán Augusto López se observa en una concentración donde va una dama acompañándolo del brazo, y en un momento en que pareciera que fue jaloneado, le propinó un tremendo codazo a quien lo acompañaba en ese momento, lo que habla de que Estaba bastante enojado o alterado. Craso error, porque ese suceso habla y da cuenta de que le fastidia estar entre la gente.
Para decirlo más claro, Adán cometió un acto que le costara muy claro a lo largo de su campaña por la candidatura presidencial. De por sí es un hombre al que no se le da el arte de la oratoria, y mucho menos de la comunicación, que no es otra cosa más que un proceso mediante el cual se transmite información, ideas, actitudes o emociones con la intención de lograr una identidad entre el emisor y el receptor. Mal por un sujeto que pretende ser candidato presidencial, y habrá que señalarle que en una campaña la opinión pública es también un proceso de comunicación social intenso, planeado y controlado, e intercomunicación personal que busca formar o producir una corriente de pensamiento homogénea.
Y que la imagen pública no es otra cosa más que la figura, representación, semejanza y apariencia de una cosa o persona. Para decirlo más claro, es la figura, representación, semejanza y apariencia de una cosa. Es la percepción compartida que produce una respuesta colectiva, favorable o desfavorable. Pues le salió caro el codazo, porque la percepción ha sido muy desfavorable. Así de simple su estupidez. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Setién. Conferenciante. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.