Sin lugar a dudas son muchas las hazañas de los colaboradores cercanos al presidente de la República, quien fustiga
a tirios y troyanos con singular empeño para aparentar ante los mexicanos que él es el paladín de la honestidad, y que sus principales colaboradores son como el, que nunca se atreverían a disponer de las rentas públicas para enriquecerse, porque los integrantes de la Cuarta Transformación no son como “los de antes”.
Y tiene toda la razón, porque son peores que los de antes. Gustavo Ponce, que fue su secretario de Finanzas en el Gobierno de la CDMX cometió un fraude por 31 millones de pesos. Y ni decir de Rene Bejarano llevándose las pacas de dinero al bolsillo porque no cabían en los sobres. Pero también vale la pena recordar que Carlos Imaz, esposo de ya sabemos quién, recibiendo dinero de Carlos Ahumada.
Pero también debiera recordar el escándalo de la Línea Doce que fue presupuestada en la suma de diecisiete mil quinientos millones de pesos, y termino costando veintiséis mil millones de pesos. Por cierto, la tragedia de los pernos que se adquirieron durante la administración de Claudia Sheinbaum, se colocó uno sí y otro no, con tal de ahorrar, pero se pagaron con la vida de veintisiete mexicanos.
Por si no lo recuerda el Presidente de la República, le dio por afirmar en sus mañaneras que es imposible que Felipe Calderón no supiera lo que hacía Genaro García Luna, pero lo que no dijo es que no sabía que León Manuel Bartlett, hijo del Director de la Comisión Federal de Electricidad, vendió al gobierno mexicano ventiladores para tratamiento de COVID, cuatro veces más caros, y aun así, la Secretaría de la Defensa Nacional le adjudicó de manera directa contratos por más de 31 millones de pesos para surtir material de cirugía robótica, algo que nunca entregó.
Si como afirma López Obrador que "es imposible que Calderón no supiera lo de García Luna", también es imposible que Andrés Manuel no supiera lo de: León Manuel Bartlett, hijo del Director de la Comisión Federal de Electricidad, vendió al gobierno mexicano, ventiladores para tratamientos de COVID a un precio fuera de rango, es decir, cuatro veces más caros, pero aun así la Secretaría de la Defensa Nacional le adjudicó de forma directa contratos por más de 31 millones de pesos para supuestamente surtir material de cirugía Robótica.
Y ni que decir de Los Akerman y sus casas, el desfalco de Ana Gabriela Guevara, las extorsiones de Pío, las de su cuñada en Macuspana, el compadre de Jalisco, superdelegado y zar de las medicinas. Los ventiladores piratas de CONACYT, o los cajeros automáticos comprados a Carlos Cabal Peniche. Las casas de Monreal. La condonación de impuestos a Yeidckol por más de dieciséis millones, y la compra de casas para Morena. El desfalco de Ramiro López Obrador en Macuspana que huyó antes de terminar su encargo. Los miles de millones de pesos fonador por Mario Delgado en los segundos pisos. Mañana le sigo, porque a mi no se me olvida. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.