Luego de presentar su renuncia como subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, piensa Hugo López-Gatell
que puede tener la oportunidad de alzarse con un encargo público, y se pronunció por consolidar el proyecto de la cuarta transformación con un enfoque humanista, así como atender las necesidades de servicio y de ordenamiento territorial como base para disminuir la desigualdad social. El problema es que el señor Gatell tiene de humanista lo que los mexicanos tenemos de norcoreanos, y después de provocar tantas muertes nadie votaría por él. El ahora ex funcionario federal, y quien con esa cara dura que lo distingue, se registró al proceso interno de Morena para la coordinación de defensa de la transformación de la Ciudad de México, y por lo pronto aseguró que la decisión no la tomó de la noche a la mañana. Y en eso estoy de acuerdo con él, porque ni en sus sueños podría llegar a ser el titular de Jefatura de Gobierno,
Vaya con el responsable de la muerte de muchos mexicanos durante la pandemia, y que ahora pretende, por su hazaña de salir con estupideces como esa de que el señor Andrés Manuel López Obrador no tenía fuerza de contagio por su investidura como presidente de la República. Si de algo puede estar seguro el señor López Gatell, es que a donde vaya lo van a correr por sus estúpidas recomendaciones que sirvieron para un carajo. Tras indicar que sus aspiraciones han causado sorpresa e inquietud, expresó: “Quiero dejar muy en claro: a mí no me manda nadie a meterme a este proceso, fue al revés, yo llevé una propuesta a las personas que encabezan el movimiento, en el sentido de decir aquí estoy". Y que bueno fuera que alcanzara a ser candidato, porque la gente no votaría por el por estúpidos como aquella de que el presidente no tenía fuerza de contagio. El Señor Gatell seguramente tiene todas las ganas de ser Gobernante de la CDMX, pero no tiene la mínima oportunidad porque es un ser despreciable que encubría las estúpidas decisiones del presidente de la República con sus recomendaciones que no pasaría nada, y que la gente podría salir a la calle y abrazarse. Tal para cual, porque lo que decía el ignorante de Palacio Nacional, él lo repetía como si fuera su credo. Y tan barbero ha sido, que ha llamado “estratega de la Nación” al inquilino de Palacio. Ahora se convirtió en un estratega de la política, al hacer uso de sus habilidades como investigador, y con ayuda de distintos mapas, detalló la desigualdad entre las alcaldías de la Ciudad de México para el acceso a áreas verdes, a servicios de salud o para espacios de cultura. ¿De verdad este idiota piensa que con esos estúpidos se resolverán los problemas de la Ciudad de México? Y tan bruto ha sido que señalo que quiere humanizar a la Ciudad de México. Por si no lo sabe, la CDMX está poblada de humanos, y no necesita que un idiota venga a señalar esa particularidad. Pobre sujeto. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferenciante. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.