Sin lugar a dudas el señor presidente de la Republica ha estado tentando las irrefrenables ganas que tiene el Gobierno
de los Estados Unidos, de llevárselo a una de las tantas prisiones de alta seguridad que tiene en su territorio. Si esto ocurriera tengo la seguridad de que la mayor parte de los mexicanos estarían muy complacidos y pedirían mantenerlo ahí al menos unos veinte años.
Por lo pronto el vecino del norte ha dispuesto la cancelación de un préstamo por ochocientos millones de dólares que tanta falta le hacen a Andres Manuel López Obrador, quien al fin y al cabo es el que se los roba, aunque como siempre diga y señale que se invirtieron en el bienestar de los mexicanos más desfavorecidos de todas las latitudes de este aún hermoso y maravilloso país.
El motivo por el que el vecino del norte ha decidido cancelar el empréstito es por una simple y sencilla causa que daña al país: no se les pega la gana que el señor Andres Manuel Lopez Obrador tenga la desfachatez de enviar enormes cantidades de petróleo a Cuba, y con el cinismo que lo caracteriza, ande solicitando empréstitos por más de ochocientos millones de dólares, y de esos mismos envía ayuda a Agustín Diaz Canel, el asesino que por ahora mantiene la dictadura en Cuba.
Y es ese país es donde tendrá que refugiarse el mandatario mexicano cuando termine su encargo como Presidente de la República, porque seguramente el gobierno norteamericano pedirá su extradición por los delitos que ha cometido, y no sería grato que lo hagan como lo saben operar para evitar que se fugue. Nunca antes vivimos una etapa en el que el mandatario se convirtiera en el protector del crimen organizado.
La desfachatez de su hijo mayor, Andy, de convertirse en uno más de los integrantes del Cartel de Sinaloa tambien tendrá sus repercusiones, por lo que no sería raro que de un momento a otro ponga distancia de por medio, antes de que lo incriminen por su colusión con la familia de los más grandes narcotraficantes de este país, y se vaya a vivir plácidamente a Cuba, Venezuela, o quizá a Dubai, donde guarda celosamente esa fortuna que ha acumulado.
Bien dicen por ahí que el que la hace la tiene que pagar, y los excesos que los hijos presidenciales han cometido en torno a esa riqueza mal habido que ahora detentan es la principal muestra de que su padre ha sido el mayor saqueador de las arcas públicas de la historia de este aún maravilloso país. Lo que esperamos los mexicanos es que la justicia se haga presente y que paguen por los excesos en sus enormes robos a las arcas del país. Así de simple. Al tiempo. Vladimir.galeana@gmail,com
Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación.