Los miembros del crimen organizado, esos que usted protege con su estupidez de abrazos y no balazos, arribaron
al lugar en que nací, Petatlán, en la Costa Grande del Estado de Guerrero, y entraron al Palacio Municipal masacrando no tan solo a los policías, y a todos los trabajadores del Ayuntamiento, también mataron civiles, y hasta ahora no se ha dicho el porqué de la masacre. La estúpida Gobernadora, Evelyn Salgado, hija de el sátrapa Félix Salgado Macedonio, está más preocupada por su belleza antes que velar por el bienestar del pueblo guerrerense. Hasta ahora el gobierno de Guerrero es un desastre, y los caprichos del Señor Salgado se cumplen o hay consecuencias que en diversas ocasiones han sido funestas y que les ha costado vidas a los guerrerenses.
Señor presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, no tengo la menor duda de que usted ha otorgado la permisibilidad de la que gozan los grupos delincuenciales para mantener el control de las plazas que se les han venido entregando, y cuando los pobladores no se sujetan a sus designios, se presentan las masacres.
Ahora le ha correspondido a Petatlán, mi pueblo natal en la Costa Grande del Estado de Guerrero, padecer una siniestra masacre para tomar el control de la zona en la que victimaron a seis personas de la manera más atroz, con armas de grueso calibre, y con la intención de dominar la plaza y establecer el control de uno de los pueblos con mayor historia del estado de Guerrero.
Su estrategia de abrazos no balazos no ha funcionado, ni funcionará porque usted se ha convertido en el mayor cómplice del crimen organizado que ahora domina la mayor parte del territorio de este país. La matanza que ocurrió en mi pueblo natal es culpa de usted, porque insisto, usted señor presidente, es ahora el jefe de toda la delincuencia organizada, y ha cedido y concedido los territorios a sus amigos pensando que con esta estrategia podrá perpetuarse en el poder.
Sus ansias de convertirse en Dictador, lo han imbuido a desatar una ola de violencia en la mayor parte de las plazas de este aun maravilloso país, para propiciar descaradamente un estado de excepción, que seguramente intentará mantener con los altos mandos del Ejército Mexicano y la Marina Armada de México. Nunca antes un mandatario se atrevió a pervertir a los altos mandos militares porque eran leales a su país, y no a las ansias totalitarias de su mayor aspiración. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septien. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.