La maldita mendicidad del señor presidente de la Republica ha sido una de sus cualidades que mayor daño han
hecho a los mexicanos de todas las latitudes de este maravilloso país. Andrés Manuel López Obrador es de esas personas que nacen para hacer el mal, al igual que muchos que registramos en la historia Universal, y creo que eso que ha hecho López Obrador tiene que ser registrado para que los mexicanos tengamos presente eso de que cuando los pueblos se equivocan, la catástrofe es brutal.
No me atrevería a culpar a nadie de la circunstancia que estamos viviendo, porque al fin y al cabo lo que he vivido y lo que no me ha gustado lo he registrado en mis colaboraciones periodísticas, y eso quiere decir que he dejado constancia de mí percepción de la realidad que he vivido ante el poder, como es el caso actual que he padecido desde hace cuatro años que por petición expresa del inquilino de Palacio, salí de la empresa de medios en la que trabaje muchos años, como muchos más de mis compañeros de oficio periodístico.
No es fácil rehacerse de una etapa de ese tipo, pero hasta ahora sigo estando vigente porque nunca me he dejado vencer ante los embates, por muy azarosas o dolorosas que hayan sido, porque el temple de un periodista siempre está presente en las buenas y en las malas, y no pretendo señalar que somos afectos al peligro, pero es una profesión en la que se padecen muchas cosas cuando los detentadores del poder se sienten afectados por lo que decimos.
Hasta ahora siempre he sido un periodista muy crítico, pero nunca había enfrentado la circunstancia del poder cuando de hacer daño se trata. Alguna vez el presidente Enrique Peña Nieto me pregunto qué porque lo criticaba tanto, y lo único que acerté a señalarle es que nosotros somos quienes alertamos de los excesos del poder a quienes lo detentan. Simplemente me dijo, sigue haciendo tu trabajo.
Alguna vez observé que el Vocero Presidencial había visitado varías veces al dueño de la empresa en la que trabaje muchos años, y seguí haciendo mi trabajo como siempre. Un día me llamo el dueño de la empresa y simplemente me dijo que a partir de ese día no saldría el noticiero que encabezaba durante dos horas. Al poco rato la presunta abogada de la empresa se presentó con un cheque de liquidación.
La mendicidad de aquellos a los que serví por muchos años, la he tenido presente, pero también la mendicidad de quien detenta el poder, porque el fue quien pidió mi salida del canal en el que trabajaba y de los periódicos en los que escribí durante muchos años. El Señor Presidente de la Republica se va en menos de un año, y yo seguiré haciendo mi trabajo como siempre. El será un amargo recuerdo para muchos mexicanos, y yo seguiré siendo uno de los periodistas más críticos de estos tiempos. Así de simple la circunstancia de cada quien. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.