Bien dicen que un derrumbe o deslizamiento de tierra se define como el movimiento pendiente abajo, lento o súbito
de una ladera, formada por materiales naturales: roca, suelo, vegetación o bien rellenos artificiales. Por lo que respecta al ocaso, es la puesta del sol, o de otro astro al trasponer el horizonte. Bien dicen los especialistas de la Lengua Española que el significado de ocaso es decadencia, declinación, y acabamiento, o pérdida de fuerza.
Y esa es la circunstancia en la que está metido y sometido el presidente de la Republica Andrés Manuel López Obrador, y lo peor de todo es que el desfalco en las finanzas públicas alcanza proporciones brutales, y que podrían convertirse en un verdadero dolor de cabeza para el aún inquilino de Palacio Nacional que lo único que ve como tabla de salvación es el improbable triunfo de Claudia Sheinbaun.
Aquel que tanto señalaba los desfalcos de los gobiernos anteriores, ahora se ha convertido en el paladín de la corrupción. Es más, hasta sus hijos pudieran pagar por sus excesos en el uso y abuso del poder, a causa de los grandes negocios que han venido realizando con sus amigos, que hasta ahora, forman y conforman una peligrosa y cínica banda de saqueadores del dinero de los mexicanos.
Resulta patética la cínica actitud de los amigos de Andy, el hijo mayor del presidente de la Republica, de señalar que hasta se van de lado por el peso de las maletas llenas de dinero que han obtenido con los negocios en el afamado Tren Maya. Es más, hasta los Reyes de Suecia decidieron no subirse al afamado tren después de conocer las declaraciones de los amigos de Andy en el sentido de que la calidad del balastro colocados en los rieles es ínfima.
Vaya que en este país pasamos de la familia revolucionaria, a la familia de saqueadores que han estado envueltos en la mayor parte de los actos de corrupción que se han realizado en esta administración. Hermanos recibiendo dinero, la Casa Gris de José Ramón, las cajas fuertes en la zona de Houston, las bóvedas en Dubai donde los queridos hijos almacenan la mayor fortuna que desde luego los convierte en los más ricos del país.
Sin lugar a dudas todo lo que empieza termina, y lo que mal comienza mal acaba, y si en este país existe la justicia, el propio presidente de la República podría ser incriminado junto con sus queridos hijos y los hermanos del inquilino de Palacio por los brutales actos de corrupción que han encabezado. Los mexicanos estamos azorados, porque nunca antes los miembros de una familia presidencial fueron tan cínicos para saquear las arcas públicas. Al tiempo.
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Lic. en Derecho por la UNAM. Lic. En Periodismo por la Carlos Septién. Conferencista. Experto en Procesos de Comunicación. Expresidente de la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Televisión, Miembro del Consejo Nacional de Honor ANPERT, con cincuenta años de experiencia en diversos medios de comunicación. Al tiempo.