Mexico pasa por una etapa critica para el periodismo. La profesión está considerada como una de las de mayor riesgo para su ejercicio, y se debe principalmente, aunque muchos prefieren buscar las causas en otros lados, a la poca efectividad de las estructuras gubernamentales para esclarecer los delitos cometidos contra los periodistas. Durante el sexenio del señor Felipe Calderón Hinojosa fueron nombrados seis fiscales de atención a delitos contra los periodistas, de los que ninguno entrego un diagnóstico de la circunstancia que vivimos en nuestro diario quehacer, y mucho menos hicieron el intento de construir códigos de conducta para aquellos que se dedican a cubrir la fuente policiaca.
La realidad es que a pesar del gran servicio que damos a la sociedad quienes nos dedicamos a la noble tarea de la información, a los políticos y a los gobernantes les importa poco lo que pase con cada uno de nosotros, como poco les ha importado la suerte de cerca de sesenta millones de mexicanos que ellos mismos han destinado a la pobreza a causa de su ineficiencia e ineficacia. Cuando de buscar reflectores se trata, los políticos acuden a nosotros porque piensan que son merecedores de toda nuestra atención y que seguramente nos sentiremos orgullosos de contar con su invaluable amistad. Aunque suene mal así es la naturaleza de los políticos mexicanos, quienes piensan que tienen los merecimientos suficientes como para que todos nos postremos frente a ellos, los adoremos y les juremos amor eterno.
La organización de Reporteros sin Fronteras público una carta abierta al Presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Brack Obama, en la que le piden que aproveche su visita a nuestro país para exigir mejoras en la situación de los periodistas, pues su visita coincide con la celebración del Día Mundial de la Libertad de Prensa. ¿Cuál es la finalidad de este llamado al Presidente Barack Obama? Simplemente que esta organización considera a México como el país más peligroso para el ejercicio del periodismo a causa de la muerte de 86 reporteros, y la desaparición de 18 más.
Pero ojalá que todo terminara en eso, pues tener seguridad en el desarrollo de nuestro trabajo es una de las principales finalidades, pero existen otros avatares a los que se vislumbran enormes dificultades para solucionarlos. Por principio de cuentas en México los reporteros no tienen derechos salariales como lo marca la ley, y aunque la exigencia de la profesión es requisito indispensable para trabajar, los salarios son menores a los de un obrero calificado. Tampoco tienen seguridad social, y mucho menos prestaciones. Por eso Reporteros Sin Fronteras tienen toda la razón. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.