LOS TIEMPOS DE MANCERA

sinpunto

Sin lugar a dudas los tiempos de Miguel Ángel Mancera Espinoza, Jefe de Gobierno del Distrito Federal, son los tiempos de Partido de la Revolución Democrática, aunque las falanges radicales piensen lo contrario. El margen de votación que sacó por encima de su más cercana perseguidora en la elección del 2012, Beatriz Paredes Rangel, fue de cuarenta puntos porcentuales, lo que habla de que los habitantes de la Ciudad de México le otorgaron su confianza de forma abrumadora,

con lo que superó en las votaciones a todos sus antecesores incluido el propio Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien derrotara a Alfredo del Mazo González en la primera elección en la Capital de la República. Así terminó la hegemonía tricolor, esa que ahora provoca rebatingas entre la dinosáurica María de los Ángeles Moreno Uriegas y Mr. Pepenator Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre.

Pero regresando con Miguel Ángel Mancera Espinoza, los eventos en que se involucró la Sección XXII en la Capital de la República lo hicieron retroceder en el índice de satisfacción de sus gobernados, y eso quiere decir que por ahora su popularidad está a la baja. La aprobación a su desempeño en febrero era de 57%, en julio bajó a 52%, y actualmente anda por el 43%. Sin lugar a dudas mucho le ha costado su omisión para actuar en tiempo y forma buscando mantener en orden a la ciudad, y demostró que aunque no es militante del perredismo se vio obligado a colocarse al margen de un conflicto que iniciaron y sostuvieron las falanges más radicales del perredismo, ésas que encabeza la familia Bejarano-Padierna.

Por primera vez en lo que va de su gobierno, quienes desaprueban su gestión representan la mayoría, aunque eso no tiene que resultarle preocupante porque estamos al inicio del sexenio y la Ciudad de México lleva el mismo calendario que la Presidencia de la República. Mancera tiene todavía mucho tiempo para deshacerse de la perniciosa pandilla encabezada por René Bejarano Martínez y Dolores Padierna, pero debe apresurar el paso, aprovechar la elección intermedia, y borrarlo de las delegaciones políticas. Para eso requiere comenzar a reposicionar su imagen. No será fácil, pero si vigila los procesos de adjudicación y gasto del presupuesto participativo puede comenzar a derrumbar los cimientos de la organización.

Los tiempos de Mancera son los tiempos del Partido de la Revolución Democrática, y lo tienen que entender sus principales liderazgos, ya que eso significa que si vuelve a crecer de la forma en que lo hizo al inicio de su mandato, el perredismo tendrá posibilidad de competir con perspectivas de triunfo por la Presidencia de la República en el 2018. Marcelo Ebrard ha asumido la misma tónica del señor Andrés Manuel López Obrador pretendiendo convertirse desde ahora en el candidato del perredismo radical, ese que hará de todo porque la figura de Mancera caiga estrepitosamente. Es difícil que el señor Ebrard se quite la etiqueta de corrupto en los siguientes cinco años, y es más probable que el señor Mancera pueda deshacerse de las mafias del perredismo para estar en la posibilidad de competir contra panistas y priístas. El tiempo de Miguel Ángel Mancera es el tiempo del perredismo. Al tiempo.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.