Los agobios no terminan para este país. Ante la falta de resultados inmediatos, algunos grupos antagónicos han agravado el ambiente propiciando enconos en amplios sectores poblacionales, orillándolos a tomar decisiones que han roto el estado de derecho y alterado el quehacer gubernamental. No han aportado soluciones pero han incrementado el número de problemas.
Las guardias comunitarias que presuntamente surgieron como una expresión de vigilancia para terminar con las actividades delincuenciales, han extraviado la razón de su conformación para convertirse en entes dictatoriales cuyos integrantes pretenden hacer e impartir justicia acudiendo a su libre albedrío, y violando flagrantemente las disposiciones normativas en las que descansa nuestro andamiaje jurídico.
También se ha comprobado que mantienen ligas estrechas con la criminalidad, y muchas de ellas fueron conformadas por grupos delincuenciales para competir con las estructuras estatales. Con una gran facilidad sus miembros intentan discernir entre lo que ellos consideran bueno o malo, y aplican castigos a los moradores violentando la norma jurídica y direccionando sus acciones a su propia conveniencia. Ni qué decir del uso de armas prohibidas. En Michoacán existe tal confusión que resulta difícil identificar quienes son los buenos y quienes los malos. El estado de derecho ya no existe.
Por otra parte, los maestros aglutinados en las secciones dominadas por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación se han distinguido por su vocación monetaria antes que por su dedicación a la enseñanza. Bien aprendieron el camino recorrido por la Sección XXII de Oaxaca, de la cual surge el PROCUP, financiado con dinero oficial entregado por gobiernos timoratos que dejaron de aplicar la ley y cedieron a sus exigencias. La criminalidad, aunque no les guste a quienes ahora encabezan las estructuras gubernamentales, sigue galopante en diversas partes del territorio del país. Por ahora los efectos se han concentrado en Tamaulipas, Michoacán, Guerrero Y Jalisco. ¿Dónde quedó la afamada policía de élite que formó Genaro García Luna? Porque si mal no recuerdo pasó de un presupuesto de tres mil millones de pesos anuales a sesenta y ocho mil, y hasta ahora no existen indicios de que haya valido la pena el gasto porque ni la Policía Federal es de élite ni ha disminuido los problemas delincuenciales del país.
La informalidad mantiene prácticamente en la quiebra al Instituto Mexicano del Seguro Social. Y mientras no seamos capaces de que esa fuerza laboral pague impuestos, uso de suelo, cuotas médicas y de retiro, el problema seguirá creciendo hasta volverse insostenible e inmanejable. La piratería le proporciona al crimen organizado cerca de ochenta mil millones de dólares de utilidad por año, y la mayor parte de los productos piratas se expenden sin recato alguno entre el ambulantaje de todo el país. La trata de personas se ha vuelto un problema a causa de la permisibilidad, por muchos años, de las estructuras administrativas, quienes por el momento no cuentan con la capacidad para evitar su proliferación, o simplemente ceden a las tentaciones de la corrupción. Los problemas son muchos, las ganas de resolverlos son escasas. Al tiempo.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.