Enrique Peña Nieto es un Presidente distinto. Su formación fue intensa y encaminada al ejercicio pleno del poder, quizá al más viejo estilo de su partido aunque ha sabido adaptarse al paso de los tiempos. Por eso entendió que las grandes transformaciones no pueden hacerse realidad si no existe consenso en los sectores de una sociedad y en los principales
actores de los partidos políticos. Para transformar hay que negociar, y eso implica reunirse con tiros y troyanos, incluso hasta con los que observan en los demás a un potencial enemigo. El Pacto Por México fue el instrumento, "un acuerdo sin precedentes que permitió proponer soluciones concisas a cuestiones nacionales clave" según las propias palabras de quien encabeza las decisiones en el país. Desde el momento en que se valido su elección el señor Peña Nieto comenzó a reunirse con las dirigencias opositoras. Era un ejercicio inédito y lo asumió plenamente. Repito, el Pacto Por México fue el instrumento.
Enrique Peña ha subrayado que la agenda de reformas ha llegado a su fin y que en los próximos meses se podrán en práctica políticas que harán que estas se conviertan en realidad, con lo que se logrará que México sea más abierto, productivo y competitivo, con finanzas públicas sanas y recursos humanos calificados. De lo que se trata es de ser más activos en la economía global y brindar una mejor calidad de vida a las familias, independientemente de paliar la pobreza de casi la mitad de la población. Hasta ahora el Banco de México ha reconocido un mayor dinamismo de la economía y ratificó su pronóstico de crecimiento para 2015 de 3.2 y 4.2 por ciento del Producto Interno Bruto, lo que significa una buena noticia para el proyecto peñista.
El Pacto Por México ha quedado atrás. La lucha electoral venidera se antoja salvaje y seguramente cruda. Los posicionamientos partidistas pasaran a la crítica personal. Se dirán muchas cosas de los adversarios y la mayor parte serán falsas, pero ese es el sino de la modernidad de este país. Ese será el escenario en que se discutirá y debatirá el trabajo y los resultados de Enrique Peña Nieto. Si no se presentan logros tangibles el año venidero, porque hasta el mismo Luis Videgaray ha dicho que se espera que el bienestar llegue después del 2019, las cosas se pueden complicar para el partido en el poder.
Enrique Peña Nieto se ha echado a cuestas al país y de paso a su partido. Esta cierto del destino que está construyendo para los mexicanos y quiere escribir una nueva página reescribiendo nuestras posibilidades como sociedad y como nación. Sabe que puede convertirse en un moderno paladín o en el villano más despreciado, pero es el único que ha decidido exponerlo todo a cambio de alcanzar lo que desde hace treinta años nadie ha alcanzado. Sabe que puede ser el villano o el héroe. Sabe como llegar a trascender y pondrá en ello alma, vida y corazón. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.