Las cosas no están bien en Oaxaca y es la hora en que nadie hace algo por detener la anarquía que ha generado la Sección XXII de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. El desgobierno es brutal, y con esto quiero dejar en claro que Gabino Cue Monteagudo ha sido el principal promotor del desaste por su falta de vocación de poder. Cada vez que Rubén
Núñez Ginés, la cabeza visible del crimen organizado magisterial, pone un manotazo sobre la mesa, el señor Cue tiembla y busca pretextos para no confrontar al monstruo de mil cabezas que le ha impedido cumplir con los postulados que ofreció para que lo eligieran gobernador. Desconozco si el señor Cué se haya preocupado por buscar el significado del vocablo "gobernabilidad", porque la definición que de ella hace para justificar sus omisiones no se parece en nada a la que han establecido los especialistas y tratadistas en los últimos cincuenta años.
Para decirlo de otra forma, el señor Gabino Cue Monteagudo está conduciendo a Oaxaca al despeñadero. Hasta ahora se puede decir que representa a un gobierno fallido que está a punto de entrar en un túnel sin retorno y cuyo desenlace previsto es la desaparición de los poderes constituidos. El grito de auxilio que hace la iniciativa privada al gobierno federal es el principal indicativo de que las cosas han llegado a un extremo tal, que en cualquier momento la violencia puede desbordarse y salirse de control. Hasta ahora el Gobierno Federal ha sido respetuoso y se ha limitado a señalar la incompatibilidad del bodrio legal que pretenden avalar los timoratos y temerosos miembros del congreso local.
Pero algo debe comenzar a preocupar seriamente al señor Cue. El Senador Miguel Barbosa Huerta, militante de uno de los partidos que integraron la alianza que lo postuló, ha señalado que existe anormalidad en el funcionamiento de muchas áreas del gobierno de Oaxaca y que la violencia desplegada por la organización magisterial es inadmisible. También el senador Juan Carlos Romero Hicks, Presidente de la Comisión de Educación del Senado de la República, consideró que la propuesta de ley elaborada por los miembros de la disidencia magisterial contraviene las disposiciones de la Reforma Constitucional en Materia Educativa. Ambos senadores representan a los partidos que llevaron al señor Cue a la Gubernatura, y ese es un claro mensaje de que ya se agotaron los apoyos y la paciencia.
Esto debe preocupar seriamente al gobernador porque es el Senado de la República quien tiene la facultad de determinar si existe la desaparición de los poderes en la entidad, y hasta ahora, ejecutivo, legislativo y judicial, han sido inexistentes a la hora imponer el orden y castigar a los delincuentes. El daño causado por Rubén Núñez Ginés a la precaria economía de uno de los estados más atrasados del país se cuantifica en miles de millones de pesos, y nadie ha sido capaz de aplicar la ley. Insisto, hay un gobierno fallido en Oaxaca, y no se tiene que esperar a que se configure el estado fallido para imponer el estado de derecho. La niñez tiene que estar por encima de cualquier interés bastardo encabezado por el señor Núñez Ginés quién se ha hecho merecedor, sin duda alguna, a pasar el resto de su vida en la cárcel. Falta que lo quieran hacer. Al tiempo. This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.