Cada vez que el titular de Educación, Aurelio Nuño, habla en público lo hace para retar, amenazar e intimidar. Es deseable que al menos intentara lo contrario y abandonara ese talante del bravucón en Palacio en que se ha convertido, quizá entusiasmado por su meteórica asunción al poder y sobre todo por su estrecha cercanía al presidente Enrique Peña, quien lo catapultó desde la secretaría particular a uno de los cargos del cardenalato más sensibles del poder público nacional.
Es probable que la enjundia juvenil estimule ese estilo de perdonavidas de Nuño, quien debería sin embargo actuar con una mayor sensibilidad política y aún humana. El poder mide a los hombres, pero tal parece que al titular de Educación le sobra soberbia, un exceso demasiado peligroso especialmente en la coyuntura nacional que impera y en un área como la educativa tan delicada para este y cualquier país.
No es exagerado decir que Nuño está jugando con fuego en un país de praderas demasiado secas. La amenaza más reciente de Nuño ocurrió la víspera en Michoacán. Ante una protesta de maestros disidentes, Nuño enseñó el músculo antes que el ejercicio mesurado de la política y de cualquiera de sus practicantes.
Nuño volvió a usar el mismo recurso de pegar a las faltriqueras de los maestros y puso en claro que se aplicarán descuentos a profesores que falten un día a clases sin causa justificada y serán dados de baja quienes acumulen tres ausencias consecutivas.
Ya lo hizo antes. Mandó a sus casas a más de tres mil maestros que por diversas razones quedaron al margen de la famosa evaluación, parte de la reforma educativa.
Más recientemente y en medio del paro de vocacionales del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Nuño también sacó el garrote. Conminó al regreso a clases y desestimó los argumentos de los estudiantes, a quienes llamó a no dejarse engañar en alusión al decreto publicado el pasado seis de abril en el Diario Oficial de la Federación, mediante el cual el Politécnico se adscribía -como desde su fundación- a la oficina del titular de la SEP, esto debido a que en 2012 se habían hecho modificaciones para que la casa de estudios estuviera suscrita a la Subsecretaría de Educación Superior de esa dependencia.
El hecho generó desconcierto entre la comunidad politécnica por lo que iniciaron movilizaciones y han insistido reiteradamente en entablar un diálogo directo con Nuño, quien elude el punto.
Nuño también se refirió al paro nacional indefinido convocado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación que iniciará el próximo 15 de mayo, curiosamente un día inhábil por ser domingo. Reiteró que los profesores que falten a sus labores serán sancionados conforme a la ley y dijo que no hay temor ni miedo. Conste. Después, después puede ser tarde.(fin).