Los pronósticos económicos para el 2017 anticipan un año duro, complejo, pero confiemos en que los mexicanos, siempre tan astutos, milagreros y escurridizos, habremos de arreglárnosla una vez más para sortear con éxito los golpes avisados. Después de todo, guerra avisada no mata soldado, suelen decir los venezolanos con ese tono tan
caribeño y especialmente sarcástico que los caracteriza.
“Preparémonos para lo peor”, recién convocó el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos.
“Tenemos que prepararnos para lo peor en caso de que las bravuconadas del presidente (Trump), dichas cuando era candidato, quisieran ponerse en marcha”, apuntó el dirigente empresarial.
De Hoyos aludió de esta forma los riesgos del muro, la modificación del comercio bilateral México-Estados Unidos, las eventuales deportaciones en masa y, lo peor, un bloqueo o restricciones en el envío de las remesas que mexicanos ganan y envían desde ese país. Recuérdese que el monto de las remesas supera los 20 mil millones de dólares, una fortuna colosal que aminora muchas penurias en México.
En igual sentido se pronunció el renunciante gobernador del Banco de México (Banxico), el inefable Agustín Carstens, que ha vuelto a las andadas verbales al anticipar una “película de terror o de suspenso” para México si Trump cumple sus amenazas de campaña.
Según Carstens, que ya no sufre ni se acongoja porque él ya tiene amarrados sus billetes aéreos rumbo a Basilea hacia mediados del 2017, el año que se avecina podría registrar un efecto severo en el tipo de cambio –ya grave de suyo- si es que el señor Trump decide –como se espera- empezar a cumplir sus promesas de campaña.
Si eso ocurre, claro, México vivirá una película de terror o de suspenso, con un final de pronóstico reservado .
Se añade a este sombrío panorama económico –raíz de muchos otros escenarios casi dantescos que registra México- un pronóstico reciente del Fondo Monetario Económico (FMI), según el cual México rozará una tasa de crecimiento de apenas 2.2 por ciento el año próximo. Se agudiza el pronóstico adverso que acecha al país.
De igual forma, el gobierno de México formalizará en cosa de días las alzas de precios en los combustibles, incluyendo gasolinas y gas lp. Otra alza que se prevé será oficializada toca a la energía eléctrica para uso industrial y comercial, que finalmente como todos los incrementos de precios y tarifas se trasladan generalmente al consumidor.
Y sin embargo, como siempre hasta ahora, también es previsible que los mexicanos echemos mano del ingenio que siempre nos alumbra para escabullirnos o aminorar los impactos de la serie de mazazos que están a la vista. Nunca sabemos cómo, pero siempre le damos la vuelta a la tortilla.
Confío en que la historia se repetirá en 2017. Somos un pueblo ingenioso y con mucho talento para sortear las empinadas cuestas de enero y de los meses que le siguen. Así que sólo queda por delante la confianza y la esperanza. Así sea.
De aquí a entonces, me uno a sus mejores deseos.
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