¿Cómo deshacerse del PRI? Parece ser la pregunta de muchos mexicanos en estos días de contienda y puja política. Nada extraña me parece la interrogante que se hacen como digo muchos mexicanos. Un punto más complejo plantea la duda cuando proviene de abanderados tricolores como es el caso de Mikel Arriola o del propio José Antonio Meade.
En un encuentro la víspera con Mikel, convocado por la Academia Nacional de Periodistas de Radio y Tv (Anpertv), que encabeza el colega Carlos Ramos Padilla y cuya vicepresidencia nacional administrativa ejerce Eduardo Ramos Fusther, el candidato priista al gobierno de la ciudad de México admitió la necesidad de recuperar al ex partidazo, de capa caída hace dos décadas en la capital mexicana, donde perdió todo en 1997.
Mikel sugirió sin embargo que para recuperar al PRI, primero hay que ganar el gobierno capitalino, una tarea harto complicada a la luz de los negativos que acumula el tricolor en la capital y muchos estados del país.
Más complicada la recuperación del PRI en la ciudad de México a juzgar por figuras como Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, el tristemente célebre hijo del extinto Rey de la basura y la lideresa del ambulantaje Guillermina de la Torre, conforme se le hizo notar al propio Mikel.
El mismo Mikel admitió la dificultad de hacerse de una candidatura ajena al PRI, si bien tácitamente reconoció el descrédito que carga el partido, agravado por figuras como Gutiérrez de la Torre, curiosa y paradójicamente el mandamás del tricolor en la ciudad de México . En su abono, Mikel reivindicó su perfil ciudadano, no de político y más bien como un impulsor de soluciones, en este caso para la capital del país. Su diagnóstico parece claro y aún las soluciones que promete impulsar si logra llevar a buen puerto su postulación, un objetivo harto complicado como dije antes. El lo sabe, no será fácil convencer a la ciudadanía, pero sobre todo romper las estructuras clientelares creadas por el PRD, casi a la usanza del PRI. Menuda tarea, púes.
El ex director del IMSS parece competitivo. Es un “ciudadano” –según el mismo se definió- con experiencia en materia de políticas públicas. En lo personal no se le han adjudicado hasta ahora historias negras, de esas a las que nos tienen ya prácticamente acostumbrados nuestros políticos.
Abona en su favor un desempeño correcto y eficaz al frente de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). En ese cargo facilitó el acceso a la población a más de 30 mil fármacos genéricos, lo que le valió un reconocimiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más tarde se apuntó otra palomita importante como director general del IMSS por dos años. Su desempeño salvó al IMSS de una quiebra técnica. No es poco, menos aún en un país donde muchos funcionarios públicos incumplen o burlan sus responsabilidades.
Al igual que Mikel, Meade recorre el calvario del priismo. ¿Cómo desmarcarse? ¿Cómo decir sí al PRI y al mismo tiempo, decirle no? Se antoja una encrucijada o, peor aún, un laberinto. Veremos.
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