Cuando estas líneas vean la luz pública hoy viernes, espero que los trenes estén ya circulando por las vías
ferroviarias que bloquearon más de 15 días cientos de maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en demanda de una serie de adeudos. Más de dos millones de toneladas de carga quedaron atoradas o paralizadas por la protesta, que se prolongó en exceso, pero en especial generó severos efectos sobre la economía de empresas y personas, ya de suyo muy maltrechas en general.
La afectación rebasó los 250 trenes y más de 700 contenedores con exportaciones diarias que van del valle de México a los puertos, cito a la Asociación Mexicana de Agentes Navieros (Amanac).
Cada día de paro dejaron de operar 18 trenes desde Manzanillo y 12 desde Lázaro Cárdenas, entre otros con origen o destino en Guadalajara, Valle de México, Toluca, Irapuato, Celaya, Monterrey y San Luis Potosí.
El prolongado bloqueo alcanzó a impactar el 95% de la industria de buques portacontenedores de 21 líneas navieras, según fuentes del sector.
El daño pues fue enorme. Lo pagarán empresas y personas ajenas al conflicto.
Se estima que al primer día hábil de esta semana, las pérdidas ascendían a 14,000 millones de pesos (736 millones de dólares), según la Confederación de Cámaras Industriales de México, que refirió la agencia noticiosa Reuters.
¿Es todo? No. Nada de eso.
El presidente Andrés Manuel López Obrador intervino claro en el caso. Llamó, convocó, pidió, apeló a los maestros para que depusieran su actitud beligerante.
Puso en claro que no daría la orden de “reprimir al pueblo”, pero no es eso lo que se pide ni se espera claro de su gobierno, creo. Lo único que se espera y pide al gobierno de López Obrador es que se aplique la ley, esa que casi nunca se ha ejercido ni se cumple en México por “n” número de motivos, causas y propósitos.
Nadie quiere represión en el país, o casi nadie. Es cierto, si hay algunos sectores amantes y partidarios a ultranza de la mano dura, pero esos no caben claro ya en el México de hoy, y menos en el que queremos en un futuro próximo y estamos esperanzados de que ha comenzado a construirse.
Estoy seguro, convencido, de que la inmensa mayoría de mexicanos estamos esperando, no ahora, sino hace muchos años, que se comience de una vez y para siempre a erigir el Estado de Derecho, cuya ausencia tanto ha dañado al país. México no puede ni debe seguir al garete, sin un marco jurídico cabal, o lo más aproximado al menos a la exigencia de desarrollo nacional que merecemos todos. Sin un andamiaje jurídico sólido, es difícil si no que imposible construir un México seguro y de calidad.
Recuerde nuestro presidente que cuando asumió el mando del Ejecutivo Nacional el uno de diciembre pasado, juró, prometió cumplir y hacer cumplir la ley. Este es su mandato supremo. Recibió 30 millones de votos, un respaldo abrumador, para cumplirlo.
Hazaña y odisea periodística
• Bajo el liderazgo y la Dirección de la periodista Verónica Jiménez, y con el esfuerzo cotidiano de quienes conforman su equipo de profesionales, la Revista Énfasis cumple seis años de vida. Les envío desde este espacio mis felicitaciones sinceras y hago votos para que persistan en esta hazaña y odisea periodística a fin de que alcancen metas todavía más altas. ¡Enhorabuena!
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