De zarandeadas y otras vainas

Señor presidente López Obrador,
Atento señor,

 Le escribo estas líneas con la esperanza de que escuche, de la misma manera que escuchó durante esos años de intenso peregrinar nacional en busca de un cambio y sobre todo del apoyo ciudadano para acometer esa cambio que comenzó el día que ganó las elecciones con un margen enorme, histórico puede y debe decirse.
Usted acaba de anunciar una nueva zarandeada –es la palabra que usó- en la administración pública federal. Dijo usted: “habrá otra sacudida, otra zarandeada, otra zamarreada a la mata de la burocracia federal”.
Si, se prevé, se anuncia, se comenta incluso que en los días que siguen cobrará realidad otro recorte de la burocracia federal. Será como usted mismo anticipa “otra zarandeada”. Con seguridad, otros cientos, si no que miles de personas tendrán que dejar sus empleos en la llamada así burocracia.
Usted anda que no cree en nadie. Bueno, quizá sea una exageración, pero es un hecho que está inmerso en la “zamarreada”. Al menos 16 horas del día usted está ocupado en la “zarandeada”. Ya acumula una serie de sacudidas nacionales, que sería prolijo enumerar en este breve espacio. Las conocemos.
Como usted mismo ha dicho, está cimentando el camino para que sus cambios o “zarandeadas” resulten prácticamente irreversibles aun si en unos años más delante los neoliberales retoman el poder del país. Les será difícil romper los candados de los cambios acometidos por su gobierno. En fin, esa será en todo caso otra historia, otro momento, y una circunstancia que ya se verá.
Pero cuando usted habla de “zarandeada”, pues hay que tenerlo en cuenta. Insisto, ya hemos visto al menos varias y la verdad es que me parece que buena parte del país quedó medio turulato por esas zarandeadas.
La oposición, para llamarla de alguna forma, perdió la brújula desde que usted arrasó las elecciones. Se ha dedicado más a censurar, criticar, oponerse y lanzar una espuma rabiosa que más bien que mal le ha hecho a usted. La oposición, insisto, sigue sin atinar a construir un discurso inteligente, propositivo y coherente que le permita minar las bases de apoyo electoral que usted construyó y que todavía hoy le permiten acometer con solvencia su especialidad: la zarandeada.
La oposición debo decir quedó aturdida tras el golpe electoral de julio del 18. Después de más de un año, sigue esencialmente sin construir el discurso, la crítica y la propuesta que requiere con urgencia el país y aún, también debo decirlo, su propio gobierno. En fin.
Lástima que cuando la oposición gobernó antes que usted tampoco pudo ni supo construir un buen gobierno. Eso lo benefició y mucho a usted.
Pero bueno, lo que quiero comentarle desde este espacio público es que tenga usted cuidado con las zarandeadas, el platillo predilecto de la 4T.
En nombre de las “zarandeadas”, señor presidente, muchos de sus colaboradores están perpetrando demasiados errores. Peor aún, esos errores de numerosos subalternos en su gobierno, avalados por usted, están destinados a infligir un grave pero sobre todo muy oneroso costo a su gobierno.
Usted atribuye al neoliberalismo la construcción y avance de un pensamiento “conservador, inhumano, contrario al bien común, a la fraternidad”.
Averigüe y/o hágase allegar información objetiva sobre la gestión de muchos de sus colaboradores en cargos públicos de medio pelo y aún más altos, claro. Usted tiene todos los medios para hacerlo. Le aseguro que se sorprenderá de saber de primera mano y fuente lo que está pasando en muchas dependencias públicas, donde el pensamiento “conservador, inhumano, contrario al bien común, a la fraternidad” goza de cabal salud y de manera mucho más acendrada que en el ciclo neoliberal del país.
Hay gestiones, conductas y acciones, mucho peores que en los tiempos que usted está tratando de sepultar. Por ésta.
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@RobertoCienfue1