En el municipio de Tlaxcala, la capital del estado de igual nombre, tuvo lugar la víspera un encuentro importante entre gente del campo, productores de alimentos pues. ¿Dígame usted si no resulta importante, crítico, clave y en resumidas cuentas un asunto de vida o muerte,
la producción de alimentos, en un país como México que se aproxima a unos 130 millones de personas? Por ello digo que fue importante esa reunión convocada por la Confederación Nacional de Organizaciones Agropecuarias y Forestales, A.C. (Conoraf) que comanda el ingeniero Armando Rendón Barrera.
La víspera, con la toma de posesión de la nueva dirigencia municipal tlaxcalteca de la Conoraf, culminó un trabajo de intensa movilización y organización en cada uno de los 60 municipios de Tlaxcala, como sabemos el estado más pequeño de México. Y sin embargo, fue complejo, arduo la labor para garantizar la presencia y el trabajo organizado de la Conoraf que aglutina hoy día a más de cien mil productores del campo en buena parte de la geografía mexicana.
“Hemos dado importantes pasos este año”, dijo Rendón Barrera en un mensaje a sus colegas y bases en la Conoraf en un auditorio de Tlaxcala que pese a la pandemia lució repleto de participantes, todos ellos sometidos a sanitización, toma de temperatura, uso de gel y barbijos y por supuesto dispuestos de tal manera para que acataran lo mejor posible la recomendación de la sana distancia personal.
Rendón Barrera, él mismo un productor y exportador de cítricos orgánicos en Veracruz y de guanábana en el estado de Campeche, planteó el reto de “transformar la agricultura” en los siguientes 12 meses. La tarea se anuncia compleja, claro, pero hay avances que prometen resultados en este reto.
El dirigente sabe lo que habla. “Soy hijo de la tierra”, dijo antes de destacar la “inteligencia” de la tierra, que “nos habla” y que “pide se respete su vocación” para dar sus frutos.
Desde hace un año que Rendón Barrera asumió la presidencia nacional de la Conoraf han realizado estudios de suelo con el apoyo de diversas universidades del país, entre ellas la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). También se ha impulsado la regionalización de los cultivos.
Esto ha redituado por ejemplo en una serie de cultivos orgánicos en Veracruz, Campeche, Tabasco, Oaxaca y otros estados del país. Pronto habrá avances en materia de liofilización, una técnica útil para prolongar la vida de los alimentos.
“Tendremos la oportunidad de transformar los cultivos con la liofilización el próximo año”, prometió Rendón Barrera, quien también se comprometió a “abrir fronteras” para los socios de la Conoraf, lo que podría impulsar las exportaciones de productos como miel, cacao y aguacate, entre otros.
“La pandemia nos retrasó”, admitió el dirigente, quien instó a la unidad de los productores, en particular porque –dijo- cada vez hay más extranjeros comprando tierra cultivable en México, cuyas condiciones –aseveró- pueden permitir al país transformarse en una potencia productiva y acercarse al propósito de lograr la autosuficiencia alimentaria.
Ejemplificó con el caso de Israel, que sólo por energía paga hasta siete mil dólares por hectárea productiva, mientras que Veracruz, con 17 ríos, tiene un rendimiento de 13 toneladas por año en el caso de citricos. Pese a los 17 ríos, en Veracruz “no aprovechamos nada porque el agua de los ríos se va al mar”, expuso.
Alertó sobre los riesgos de que muchos mexicanos pudieran convertirse en su propio país en empleados de israelíes y japoneses si es que no se suman para producir con ciencia y tecnología y aprovechar la vocación de sus tierras.
Rendón Barrera citó al médico argentino Ernesto “Ché” Guevara, al convocar a “unirnos hoy o sufrir la muerte por separado mañana”.
Pregunto entonces y de nueva cuenta: ¿Es la producción de alimentos en México un tema clave? ¿Deberíamos apoyar esfuerzos de este tipo, como los que acomete la Conoraf? ¿O seguiremos suponiendo y asumiendo que los alimentos están disponibles con una simple visita al centro comercial o las centrales de abasto del país?
Es cierto, hay muchos esfuerzos más para impulsar la producción alimenticia e incluso en la concientización que deberíamos ganar los mexicanos en general en este tema, entre ellos los que realiza por ejemplo el empresario Luis Rebollar y su programa Sembrando Conciencia. Prestemos oídos al punto. Es clave.
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@RobertoCienfue1