¡Ay Sanjuana!

Llegó hace más de un año a la Dirección General de Notimex y casi de inmediato inició sus tropelías, abusos, atropellos, vejaciones, despidos. Se guareció en su despacho y sólo escuchaba a sus lacayos, que no colaboradores. Con ellos si conversaba, sonreía y departía. A los que ubicaba como parte del personal sindicalizado y/o de confianza,
que por años y mucho antes de que ella llegara trabajó y prestó sus servicios en la Agencia, regateaba su saludo y, no se diga, su atención, regida por la soberbia y prepotencia propios de un debutante en el poder.
 
Generó junto con sus lacayos, algunos de ellos apóstatas más tarde, un clima de división interna jamás visto en Notimex. Desplazó de sus sitios de trabajo cotidiano a buena parte del personal. Lo hizo, claro, de manera inconsulta, grosera y sin ninguna norma mínima de cortesía o educación, y mucho menos consideración alguna por el prójimo. Confundió su papel de Directora con el de capataz de un establo. Ordenó el confinamiento de una humilde secretaria sindical en un espacio sin ventilación alguna luego que desmanteló la sede del Sindicato Único de Trabajadores de Notimex (Sutnotimex), el blanco preferido de su discurso anticorrupción, bien colocado eso sí en el ánimo y bandera presidencial. A eso se ha atenido. El sitio para la operación sindical hacía más de crujía carcelaria, con celadora incluida.
 
Presionó a reporteros, redactores y editores para someterlos a sus caprichos e intereses editoriales de índole estrictamente partidarios. Desde allí se perdió el espíritu que alentó la creación hace poco más de una década de una agencia de noticias del Estado mexicano, auténticamente del Estado. Notimex se convirtió en su lugar en el último año y medio de gestión en un medio propagandístico y bajo acoso permanente, apuntalado por un ejército de “bots” y recursos del erario público.
 
Junto con esto sobrevino un clima de terror laboral tampoco conocido en décadas en este medio público mexicano, sufragado con recursos del pueblo noble y bueno. Los despidos, bajo amenaza, intimidación y falsedades, se hicieron norma. Hay un intento evidente a la fecha de robo del patrimonio de decenas de ex empleados y las familias de éstos, que se espera frustre y contenga la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje, donde se dirimen decenas de demandas laborales. 
 
Es un hecho que la Agencia se convirtió en un reducto patrimonialista de quien nunca ha entendido y tampoco entenderá que la titularidad de una entidad pública convierte a quien la ejerce en un servidor del Estado y no en un aspirante a capataz de finca privada, sujeto a la única ley vigente de sus caprichos y/o mentiras.
 
Las vejaciones incluyeron el amedrentamiento y aún la amenaza para toda aquella persona al servicio de Notimex que osara pensar diferente, o mostrara un ápice de dignidad. Los lacayos sobreviven, aún hoy. La descalificación, sin una evaluación profesional objetiva, necesaria e inteligente, se hizo norma, acompañada claro de un sinnúmero de mentiras. Cualquiera se pregunta hoy si la mentira fue el peldaño utilizado, necesario, subsecuente y aún ideológico sobre el que se construyó una carrera presuntamente periodística. Lamentable. Hay quien cree que el periodismo es escándalo, notoriedad individual, conflicto y ataque injustificado.
 
En la víspera, los coordinadores legislativos del PAN, PRI, MC y PRD llamaron a las secretarías de Gobernación (Segob) y del Trabajo y Previsión Social (STPS), mediante un punto de acuerdo, a resolver de manera expedita la huelga de casi ocho, si, ocho largos meses, en Notimex. La Agencia del Estado aún soporta y espera. La racionalidad en Notimex está extraviada y se antepone al interés del Estado nacional.
El documento solicita a las instancias de gobierno involucradas que atiendan y revisen las diversas violaciones a los derechos humanos y laborales de las que han sido víctimas los trabajadores de la agencia informativa.
 
Se hace un llamado incluso a la directora general de Notimex, Sanjuana Martínez Montemayor, para que reconozca la huelga del Sutnotimex. Se le pide que acate la orden emitida por la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje (JFCA) para alcanzar una solución al conflicto laboral.
Llaman los legisladores al respeto de la bilateralidad entre la empresa y el Sutnotimex; a la reinstalación de las personas despedidas de forma injustificada; a cesar los despidos injustificados y las represalias contra quienes están en huelga. También piden el respeto al contrato colectivo de trabajo, el pago de las prestaciones no devengadas, y una revisión seria del contrato colectivo de trabajo, junto con su aplicación retroactiva. En síntesis es un llamado al respeto, hasta ahora ajeno en Notimex.
 
Destacan que Sanjuana Martínez “ha violado el derecho constitucional de huelga, en particular luego de que fuera declarada legalmente existente desde el 4 de marzo. Sanjuana ha incumplido con el laudo emitido por la JFCA el 14 de mayo, que la insta a suspender labores y respetar el derecho de huelga de los trabajadores, o hacerse acreedora a una multa hasta por 434 mil 400 pesos.
 
Notimex “mantiene una operación parcial en una sede alterna ilegal, que no cuenta con la debida autorización de la Junta de Gobierno para su arrendamiento y no cumple con las condiciones de higiene, seguridad y protección civil para la operación”, señalan los coordinadores parlamentarios.
La huelga en Notimex inició el pasado 21 de febrero. Pronto sumará 8 largos meses, como dije arriba. Las negociaciones están rotas porque Sanjuana Martínez sigue reacia a resolver el problema. Esto pese a la orden del presidente Andrés Manuel López Obrador a la STPS y a la Segob, así como al vocero Jesús Ramírez, para solucionar el conflicto.
¿Órdenes a mi? ¡Ay Sanjuana!
 
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@RobertoCienfue1