Luego del “coscorrón” y casi casi del “borradorazo” que el presidente López Obrador propinó a la titular de Educación Pública, Delfina Gómez Álvarez, al echarle abajo la infausta carta responsiva que debían presentar las madres, padres y/o tutores para asegurarse la sanidad de los niños en el regreso
presencial a clases el próximo 30 de agosto, la funcionaria se hizo fuerte al concurrir a la mañanera de ayer jueves en Palacio Nacional con un equipo panzer IV para contrarrestar el embate. Lo que se dijo allí, aparte de revelar que el regreso presencial a las aulas es un hecho, deja ver una sociedad dañada, terriblemente afectada, pero sobre todo cada vez más peligrosa como consecuencia de la pandemia por el coronavirus.
Todo el equipo se lució en presencia del mandatario al pronunciarse como una sola voz a favor del regreso a las aulas, conforme el designio presidencial, que en forma machacona ha insistido en esto para impedir más daños de todo tipo a los escolapios, pero sobre todo romper -según ha dicho en forma reiterada- el efecto Nintendo en los chicos, adictos ya a éste y todo tipo de aparatos tecnológicos, aun y cuando también en esto se reproduzca el odioso clasismo que tanto repugna el presidente, y que según los datos aportados ayer en Palacio Nacional es el mal menor en una sociedad que dista muchísimo de acceder a la educación, más allá, infinitamente más allá, de la mera instrucción y en lo que debiera apostarse muchísimo en los años por venir.
Así, Delfina hizo una breve introducción para ceder el micrófono al representante en México de la Unicef, Luis Fernando Carrera Castro; al subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, y a la titular recién electa para un nuevo periodo de cuatro años de la Comisión de Derechos Humanos capitalina, Nashielil Ramírez Hernández.
Antes de ellos, a quienes agradeció inmensamente su presencia en Palacio Nacional, Gómez Álvarez dijo: “creo que hay una muy buena”, pero de inmediato corrigió: “No creo”, -faltaba más- “hay una muy buena disposición de todos ellos, insisto, y una buena actitud hacia esta necesidad que tenemos y que es de verdad muy importante y prioritario ese regreso para nuestros niños, niñas, jóvenes y adolescentes”. Corregido el punto, la funcionaria cedió el micrófono a sus invitados de lujo para -aseveró- que nos puedan compartir su experiencia, nos puedan compartir información que para nosotros y para la sociedad en general es muy valiosa. Y cómo no.
Así, y tras precisar que llegó a México hace poco más de un mes proveniente de Indonesia, Carrera Castro abonó a favor del retorno presencial a las clases. Dijo que está contento de acompañar a México en este “gran desafío” que es que los niños, niñas y adolescentes de México vuelvan a recibir clases presenciales.
Aclaró que no es un desafío sólo para México porque debido a la pandemia se cerraron las escuelas en todo el mundo, y todos los países han tenido que recorrer el camino complejo de cómo volver abrir las escuelas.
Refirió que en números concretos, hay mil millones de niños que están volviendo a las clases en todo el mundo y eso nos tiene muy contentos, tenemos 750 millones de niños que están a punto de volver a clases y tenemos lamentablemente todavía 150 millones de niños que nunca han vuelto a clases desde hace 18 meses, clases presenciales.
En el caso de México, dijo que contribuye a una buena parte de esos 150 millones, casi 37 millones de esos 150 son aportados por México.
Consideró que este gesto del Gobierno de México de promover el retorno a clases es uno “de valor mundial” que el mundo entero está celebrando. Eso dijo.
Aseveró que la Unicef prestará ayuda a México en cuatro frentes, el primero en acompañar a la SEP en el desarrollo de los protocolos que van a permitir un retorno seguro.
Añadió que durante un mes vamos a seguir aprendiendo cómo hacer ese retorno seguro de los niños, las niñas, adolescentes a los centros educativos.
Explicó que hay cosas básicas como el cubrebocas, la sana distancia y la higiene de manos constante, ya sea con agua y jabón, y donde no hay agua y jabón, con algún tipo de gel antibacterial.
También apoyará la Unicef en el monitoreo de la situación de los hechos educativos en todas las escuelas, todos los centros educativos, para que podamos ver dónde hay problemas y dónde hay que atender problemas.
Admitió que “puede haber focos infecciosos, eso démoslo por descontado, que es una posibilidad”.
Pero dijo que la pregunta es: ¿cómo lo manejamos?, la pregunta es: ¿cómo hacer un manejo efectivo de los focos infecciosos? Y en eso queremos cooperar para que el sistema de información nos detecte rápidamente esto y en cooperación con la Secretaría de Salud hagamos un manejo efectivo y eficiente de esos focos infecciosos.
En tercer lugar, habrá cooperación para que todos tengamos la información correcta, la información más creíble, la información más confiable de qué hacer y qué no hacer frente a la pandemia y la apertura de las escuelas.
En esto se acompañará con mensajes positivos, dirigidos a los maestros, dirigidos a los padres de familia y dirigidos a los niños, niñas y adolescentes, que están esperando ansiosamente volver a ese modelo de encontrarse con sus amigas y amigos compañeros de clase.
El cuarto tema será cómo recuperar aprendizajes y recuperar la normalidad de salud mental para los niños y niñas, que han sufrido muchísimo.
Carrera Castro anticipó un desafío de dos o tres años más para sacar adelante todo, y confió en que se va por el camino seguro y espera que los medios de comunicación acompañen en apoyar este retorno a clases.
Luego tocó el turno al subsecretario Encinas, quien también abonó por el retorno a las aulas como una forma de contrarrestar un drama social agudizado por la pandemia del coronavirus.
Se apoyo en un estudio interinstitucional para evaluar el impacto de la pandemia en niños y niñas, siempre en el ánimo de establecer un conjunto de políticas públicas y acciones que coloquen en el centro de atención los derechos humanos de las niñas y de los niños, y por supuesto el interés superior de la niñez.
Citó las condiciones de confinamiento, las restricciones a la movilidad, la suspensión y otros factores que han generado graves afectaciones en las niñas y niños mexicanos, con afectaciones en las etapas de desarrollo y salud mental por falta de convivencia comunitaria y por segregación social, afectación a su proyecto de vida por la deserción escolar y por el incremento en la desigualdad y un asunto muy delicado, que es el incremento en la vulnerabilidad ante la violencia familiar, el incremento de los homicidios infantiles y los embarazos en menores de edad. Eso dijo Encinas.
Refirió la encuesta COVID que realizó el Instituto Nacional de Estadística e Informática, que señala que 5.2 millones de estudiantes no se inscribieron en el ciclo escolar 2020-2021 por causas relacionadas por el COVID o por falta de recursos; de estos, de acuerdo al Inegi, tres millones son niñas y niños.
Recordó que en el ciclo escolar 2021 están matriculados 35.6 millones de niñas y de niños, pero se registró una disminución significativa de 2.6 por ciento en educación básica, de 3.1 por ciento en educación media superior y del 0.8 por ciento en educación superior.
El porcentaje más alto se da en educación media superior.
Otro elemento delicado se relaciona con el incremento significativo de la violencia familiar durante la pandemia, donde solamente entre los meses de marzo a junio de este año se registraron los niveles máximos históricos de violencia familiar contra niñas y niños.
Citó un dato preocupante que es cómo durante el primer semestre del 2021 se registraron 129 mil 20 carpetas de investigación por violencia familiar, un aumento del 24 por ciento respecto al mismo periodo del año anterior.
Lesiones por violencia, dijo, casi el 76 por ciento de estas lesiones ocurrieron dentro del hogar, el 73 por ciento de los casos, la persona responsable de la agresión tenía algún parentesco con la víctima.
El 81.6 por ciento de las víctimas fueron niñas y jóvenes mujeres adolescentes, y durante el primer semestre de 2021 los casos por parentesco alcanzaron el 66 por ciento.
Y las niñas y adolescentes mujeres fueron las más violentadas dentro del hogar, con el 92.8 por ciento de agresiones vinculadas a violencia sicológica, violencia sexual, violencia física, abandono, negligencia y violencia de naturaleza económica.
Se añade, dijo Encinas, el problema de embarazo de niñas, niños y adolescentes. De acuerdo con las estimaciones del Consejo Nacional de Población, actualmente nacen cada día más de mil bebés hijos de madres, niñas y jóvenes. En 2020 se registraron 373 mil 661 nacimientos de madres adolescentes, de las cuales ocho mil 876 son hijas e hijos de niñas menores de 14 años.
Niñas entre 10 y 14 años fueron embarazadas por un amigo, un familiar, un desconocido o el ex novio, la mayoría de estos casos por violación sexual o por matrimonios arreglados, que son violaciones sexuales.
Datos del Registro Nacional de Población dan cuenta que cuatro de cada 100 nacimientos en la actualidad son de niñas madres menores de 17 años, y las defunciones por embarazo, parto o puerperio en adolescentes mujeres de 15 a 17 años ocupa el sexto lugar en sus causas de muerte.
Estos niveles de violencia alcanzan su expresión más delicada en los homicidios de niñas y niños. Solamente entre 2018 y el 2021 se han registrado cuatro mil 400 homicidios de niñas y de niños. En 2020, la tercera causa de defunción de niños en el país es el homicidio de los niños y es la sexta entre las niñas, entre uno y los 14 años; en el caso de las adolescentes la primera causa de defunción es el homicidio.
Desde 2017 se registran alrededor de mil 500 homicidios anuales y la tendencia crece a partir de la pandemia en el 2020.
Junto a ello, en 2020 hubo mil 100 suicidios de niñas y de niños, una cifra no registrada antes. La tasa de suicidios en niñas y niños y adolescentes aumentó 12 por ciento entre 2019 y 2020, llegando también a su máximo histórico.
Los suicidios de niñas y niños entre 10 y 14 años aumentaron en 37 por ciento para el caso de niños y 12 por ciento en el caso de niñas y mujeres adolescentes.
Y lo más delicado, el pensamiento suicida en adolescentes aumentó del 5.1 al 6.9 por ciento del 2018 a 2020 y la conducta suicida se incrementó en adolescentes del 3.9 al seis por ciento de 2018 a 2020.
Sobre la desaparición de menores de edad, Encinas dijo que hay registrados entre el 1º de enero de 2020 y el 10 de agosto, cuatro mil 325 niñas y niños desaparecidos en México, mil 470 niños y dos mil 853 niñas, el 66 por ciento de las desapariciones, que se da fundamentalmente en adolescentes mujeres entre los 15 y los 17 años de edad, presumiblemente víctimas de la trata de personas, y también en muchos casos el proxeneta tiene algún vínculo familiar o de parentesco con la víctima.
Así que, dijo, desde el ámbito de los derechos humanos y la protección del interés superior de los niños, consideramos urgente abrir los espacios de convivencia y educativos que permitan que las niñas y los niños comiencen a resarcir las afectaciones por el confinamiento.
Vino al final la titular de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, Nashieli Ramírez Hernández, quien citó una consulta hecha por el organismo a su cargo a nivel nacional para niñas, niños y adolescentes. Este es el segundo ejercicio que realiza la Comisión de Participación Infantil durante la pandemia.
Dijo que 18 meses de confinamiento infantil y juvenil significan para un niño o una niña de ocho años, el 20 por ciento de su vida, eso es lo que han pasado en el encierro, eso es lo que han pasado esperando el retorno a la escuela.
Otro dato era que el 80 por ciento extrañaba hacer ejercicios en el exterior; el 78 por ciento extrañaba jugar con sus amigas y amigos, y el 70 por ciento extrañaba salir a la calle.
Imagínense ustedes, esto era en junio del año pasado, estamos empezando casi ya septiembre de este año y eso se ha ido acumulando en las niñas, los niños y los adolescentes, dijo.
A la pregunta de si ¿Quiero regresar a la escuela?, siete de cada 10 dijeron: ‘Sí, sí quiero’, dos de cada 10 nos dijeron que no y uno de cada 10 no sabía si quería regresar o no, estaba indeciso.
Ramírez Hernández dijo que por nivel educativo, los niños y las niñas de primaria son los que más quieren regresar.
Añadió que las mujeres prefieren más -ligeramente, no mucho, pero sí ligeramente- más que los varones regresar a la escuela.
¿Qué les hace feliz de regresar a la escuela?, al 48 por ciento les hace feliz estar con sus amigas y sus amigos; al 37 por ciento entender mejor lo que se les enseña; al 26 por ciento que le den clases sus maestros o maestras y al 22 por ciento lo que les hace feliz tan simple y llanamente es salir de casa.
Por lo tanto, dijo que estas más de 40 mil voces de niñas, niños y adolescentes aporten, no a una discusión si se regresa o no, yo creo que los datos son contundentes, hay que regresar, lo que tenemos que hacer es ver cómo regresamos.
@RoCienfuegos1
This email address is being protected from spambots. You need JavaScript enabled to view it.