Julio Ramón Menchaca Salazar, abogado, es hoy Senador de Morena. Al igual que muchos militantes del partido
fuerte en el poder, se forjó en las filas del otrora poderoso tricolor, hoy en franca decadencia.
Como priista Menchaca Salazar fue diputado local. También como priista encabezó el Tribunal Superior de Justicia de Hidalgo.
Hace 16 años, quiso la candidatura del PRI al gobierno de Hidalgo, un bastión histórico del partido que hoy comanda Alejandro Moreno Cárdenas, bien conocido como Alito.
Falló en ese su primer intento por alcanzar el Ejecutivo hidalguense. A Menchaca Salazar no le fue mal en el PRI, políticamente hablando, pero sus aspiraciones iban más lejos de lo alcanzado.
Así que tomó distancia del PRI y se incorporó hace menos de cuatro años con un claro objetivo político a las filas del poderoso Morena, que lo llevó al Senado de la República en 2018. Pero Menchaca Salazar quiere más. Sus aspiraciones se mantienen sólidas, y hoy lucen reverdecidas bajo el manto de Morena.
Así que abriga con fervor la esperanza que perdió en el PRI: ser gobernador de Hidalgo, algo que de lograr sería la culminación de su carrera política a los 67-68 años, y que de paso daría la puntilla a su ex partido.
Hace unos días, Menchaca Salazar vio como nunca fortalecidas sus esperanzas y próximas metas en la política del país. Bajo el paraguas de la rendición de un informe de gestión como parte del Senado, Menchaca Salazar se lanzó al ruedo con todo en un esfuerzo para consolidar un avance clave en su carrera primero por la nominación de Morena al gobierno del Estado de Hidalgo, algo que debería definirse en noviembre próximo cuando se emita la convocatoria para el efecto, y más tarde, convertir en realidad su antiguo sueño o meta próxima, y definitiva, si no final.
Su informe fue un paso en firme e importante. Congregó a la crema y nata del morenismo en el estadio Revolución Mexicana de Pachuca. Allí estuvieron el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, la secretaria general del mismo, Citlalli Hernández.
También acudieron la senadora Olga Sánchez Cordero, y por supuesto, el senador Ricardo Monreal Ávila. Igualmente, se hizo presente el delegado de los programas sociales del gobierno federal, Abraham Mendoza.
Simpatizantes de Menchaca Salazar, provenientes de los 84 municipios hidalguenses, alentaron al Senador para que se convierta en el gobernador de Hidalgo que siempre ha querido ser.
Cosa de ver si finalmente alcanza la meta de lograr la gubernatura, un sólido bastión del PRI desde siempre. También falta ver si el hoy gobernador Omar Fayad, quien ha desarrollado una buena relación con el presidente Andrés Manuel López Obrador, está preparado para abrir la alternancia política en ese estado.
La panista y también hoy senadora Xóchitl Gálvez, compitió en 2010 por la gubernatura hidalguense. Perdió ante el priista José Francisco Olvera, cuyo triunfo fue abollado por Gálvez.
Hay, claro, otros tiradores a ocupar el Palacio de Gobierno en la Plaza Juárez de Pachuca. La senadora Nuvia Mayorga y la diputada Carolina Viggiano Austria, ambas del PRI y ex colaboradoras también del ex gobernador Miguel Ángel Osorio Chong, abrigan intenciones. Pronto se verán con meridiana claridad.
Una cosa es cierta, los que saben dicen que para que la cuña apriete debe ser del mismo palo. Menchaca Salazar es parte hoy de Morena, pero su pasado priista lo coloca en el paradójico papel de que pueda convertirse en el sepulturero de su ex partido para cumplir un anhelo de años. Habrá todavía mucho para ver.
@RoCienfuegos1
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