Disputa Rotaria

El Club Rotario de Pachuca, que antes de un lustro cumplirá cien años de existencia, se perfila por estos días en un centro de disputas, de actos graves de

discriminación, abuso de derechos humanos y eventuales delitos, prácticas, todas ellas contrarias, el lema que ha animado el quehacer de esta noble institución a lo largo de muchas décadas: “Dar de sí, antes de pensar en sí”, pero que tendrán como trasunto las pugnas por un coto de poder, así sea el de una Asociación.

Las peleas también tendrán como trasfondo intereses por cargos en la Comisión de Derechos Humanos. Así que, imagine usted, la guerra de apetitos que estarían en curso.

A este espacio nos llega la denuncia del ex secretario del Club Rotario de Pachuca, Isidro Calva Cabrera, un pachuqueño bien conocido en la capital hidalguense que enfrenta ahora acusar graves, al parecer motivado por quienes se oponen a que preside el Club Rotario conforme una votación que él ganó y que debería asumir a partir del primero de julio próximo. Más no solo eso.

En lo que tiene todos los indicios que constituyen un caso grave de discriminación, Calva Cabrera comentó a Singladura que la presidenta Laura Anaya Vázquez incurrió en hechos de discriminación al señalar que no permitirá que tome posesión de su cargo. Según el querellante, Anaya Vázquez observó que “un negro y jodido no iba a pasar” a la presidencia del Rotario.

Más todavía, Calva Cabrera señala que el aspirante a la presidencia de la Comisión de Derechos Humanos, Javier Ramiro Lara Salinas, en contubernio con los directivos de este club, le han hecho afirmar falsas con el propósito de obligarlo a ceder su lugar al primer visitador de Derechos Humanos. Si es grave que cualquier persona, funcionario o autoridad incurra en este tipo de conductas, imagine usted lo que resulta y significa que candidatos o aspirantes a cargos vinculados con los derechos humanos pueden alcanzar esas funciones. Resulta al menos un antecedente altamente negativo para el ejercicio de ese perfil de responsabilidades.

Según Calva Cabrera, la petición, bajo presiones incluso, para que deje su sitio de presidente electo del Club Rotario en favor de Lara Salinas ha sido con el argumento de que beneficiario a este para concretar sus aspiraciones de asumir como ombudsperson.

Pero ante su rechazo a ceder a estas pretensiones, y en contubernio con Francisco Gerardo Baños Paz, tío del alcalde de Pachuca, Sergio Baños, Calva Cabrera lamenta la escalada en su contra, que incluso -dice- afecta el buen nombre de su familia, al urdir una acusación sobre una presunta falsificación de la firma de Baños Paz, durante su gestión como secretario al señalar que el resguardo de los libros los tenía él y, por lo tanto, era culpable, algo claro que lo inhabilitaría para la presidencia del Club.

Calva Cabrera, quien ha iniciado acciones legales para demostrar su inocencia de los cargos que se le señalan, advierte que está en juego su buen nombre y en particular impide acciones que lesionan a su familia.

Argumenta que hasta ahora se le ha negado el derecho de audiencia para emprender su defensa de la acusación, que conoció en el momento en el que la entregaron un oficio en el que presumiblemente habían contratado un perito y aumentaron la falsedad de la firma.

Así que el tema promete miga periodística. Esperemos una resolución que acate la ley, respete los reglamentos y decisiones internas, y conjure los peores demonios implícitos en actos que contradicen el respeto por las personas y sus derechos humanos.

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@RoCienfuegos1