Fracaso del zoon politikon

Cuando ya la invasión rusa en Ucrania se encamina hacia su tercer mes, con una cauda de consecuencias de todo tipo, la pérdida de vidas en primer lugar,

el exilio forzoso, el rompimiento de familias, un enorme sufrimiento humano, la destrucción física de infraestructura, más el agravamiento del entorno económico global, al que América Latina no escapa, y donde los precios de los alimentos y la energía se disparan, resulta inconcebible para el simple observador, como quien esto escribe, que la guerra prosiga sin que haya ningún indicio que anuncie la posibilidad de un fin de esa guerra, inconcebible de nueva cuenta.

Insisto, para un simple observador, este conflicto revela el fracaso de la política, el diálogo, la razón, y si, en cambio, la vigencia e imperio pleno de la estulticia humana, inherentemente humana, así cueste demasiado trabajo comprenderla. Esto más allá de las motivaciones históricas, ideológicas y geopolíticas que animen esta incursión de muerte.

Miles de muertes, millones de personas forzadas a emprender el éxodo, niños actores de una fuga obligada, última esperanza de salvar la vida, aun en solitario y en medio del abandono, en un mundo hostil, sanguinario y cruel, son apenas una fotografía sin nombre del peor escenario bélico y bajo la amenaza nuclear más real que se pueda palpar tras el final de la Segunda Guerra Mundial, y todas las que le han seguido en una escena digamos que acotada por la geografía y el tiempo.

Después de más de dos meses de iniciada el inconcebible embate ruso en territorio ucraniano, lo que se mira, no sin asombro e incredulidad, es la incapacidad total, al menos hasta ahora, del zoon politikon para detener la barbarie, el sacrificio y la inmolación de unos contra otros, o de unos sobre otros. Inconcebible, una vez más.

Dos meses y días de un conflicto armado, que sigue su cuenta de terror, dolor y sufrimiento en el que no ha habido, no hay todavía, ningún gobierno, organismo internacional y/o supranacional -la ONU, la OTAN, por citar dos de los principales- y mucho menos líder, dirigente, mandatario y tampoco un solo país, capaz de emprender o concertar alguna acción contra el exterminio no solo de un pueblo, sino de un país que antes de la agresión armada sumaba una población de unos 41 millones de personas en poco más de 600 mil kilómetros cuadrados de extensión geográfica. Esto sin referir el impacto de un conflicto como este a escala mundial.

Los doctos dirán que apuntar esto es una ingenuidad, y ellos nos darán sus sabihondas explicaciones sustentadas en el conocimiento histórico a detalle, lo que no suprime -asumo- este comentario para llamar la atención sobre el fracaso del zoon politikon frente a un drama que nos aleja de la esperanza en la razón, el diálogo y el entendimiento ante la incapacidad manifiesta de renunciar a la guerra, el único mecanismo visualizado y ejercitado hasta ahora, así resulte extremo y oprobioso hasta la náusea, para la resolución de las eternas diferencias humanas.

La respuesta a este conflicto, como registra la historia humana desde su inicio, es la guerra, el armamentismo, la muerte, la destrucción y el avasallamiento como siempre ha ocurrido. Seguimos como género dando la misma respuesta que el hombre prehistórico. Poco o nada se ha avanzado, esto de manera paradójicamente abismal de lo ocurrido en otros campos del quehacer humano. Por el contrario, es hoy más sofisticado el arsenal de respuesta bélica al grado de plantear el uso del recurso nuclear como una solución, sin duda la final.

Ayer domingo, durante una conferencia de prensa en la ciudad polaca de Rzeszow, la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, visitó al presidente de Ucrania en la capital de lo que queda del país llamado Ucrania.

Pelosi dijo que ella junto con otros miembros de una delegación de congresistas de Estados Unidos se reunieron con el presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, en la capital Kiev durante tres horas, para transmitirle un mensaje de agradecimiento del pueblo estadounidense por su liderazgo en medio de la guerra. Vaya consuelo en medio de la muerte y la tragedia.

El legislador demócrata de Colorado, Jason Crow, un militar veterano y miembro de los comités de inteligencia y servicios armados de la Cámara de Representantes, dijo que llegó a Ucrania con tres áreas de enfoque: “Armas, armas y armas”. Nada novedoso, pues

Y uno se pregunta: ¿Esa es la respuesta? ¿Sigue siendo la respuesta como siempre ha sido desde el origen de la historia humana?

¿Acaso Europa, un continente colonizador, teme hablar otro idioma? ¿Y Estados Unidos, único país en la historia humana que ha utilizado el recurso nuclear, también experimenta el miedo y/o se siente incapaz de intentar otros recursos? ¿O es que acaso la propia historia de Europa y Estados Unidos invalida a ambos frente a una invasión más y el riesgo nuclear latente? ¡Vaya historia, nuestra historia!.

Roberto Cienfuegos J.

@RoCienfuegos1

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