Claudia y su cuesta de enero

Vaya embestida del Metro que sufrió la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum. Hasta muy las primeras horas

del sábado siete de enero, era prácticamente inimaginable lo que ocurriría esa mañana fatídica en ese medio de transporte, mucho menos aun cuando dos años atrás, el tres de mayo del 2021, un primer accidente, esa vez en la llamada Línea Dorada, de graves consecuencias, sacudió a la Ciudad de México con un saldo de 26 personas muertas y casi un centenar de heridas.

Claro, en ese desplome, aún con todas sus agravantes e incluso una letalidad mayor que con el registrado en la estación Potrero de la Línea Tres del Metro, quedó un margen, así reducido si se quiere, para que las autoridades de la Ciudad de México pudieran argumentar en descargo y aún lanzar acusaciones a terceros en un intento claro de auto exculparse o disminuir en cierto grado al menos, su responsabilidad en esos hechos.

Aunque menos letal en cuanto al número de víctimas fatales, este segundo percance, acabó por generar una extendida indignación en amplios segmentos poblacionales y comentocráticos de la Ciudad de México. Es cierto que las condiciones y el contexto de este segundo desastre fueron peores respecto del trágico “incidente” del tres de mayo del 2021, coincidentemente el Día de la Santa Cruz.

El hecho de que Sheinbaum estuviera fuera de la ciudad que gobierna, fue un factor de mucho mayor impacto en la opinión pública capitalina, y que estuviera en Michoacán para exponer sobre las políticas públicas exitosas de su gestión, colmó la paciencia y aún la tolerancia de una enorme cantidad de gobernados en la Ciudad de México.

Cuando el primer percance en la Línea Dorada, Sheinbaum se hizo presente en el sitio casi de inmediato, un contraste notable con las horas que tardó para hacer lo mismo en el tramo final de la Línea Tres rumbo a Indios Verdes.

Por si fuera poco, la manera cómo se enfrentó la crisis política evidente y grave, fue otro elemento que avivó las críticas y la desazón. Un punto adicional, hasta ahora no explicado y prácticamente no abordado todavía, fue el por qué el titular de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, asumió la voz cantante en medio del desastre, desplazando en los hechos al secretario de Gobierno, Martí Batres, quien, según diversas fuentes, pareció empequeñecerse ante el tamaño del problema.

Los apoyos desmesurados de Morena, encabezados por el presidente Andrés Manuel López Obrador en su matutina del lunes nueve, agravaron la crisis de Sheinbaum, antes que significar un salvavidas, al hacerse notoria la preocupación del oficialismo más por la gobernante que por la situación de más de cien víctimas y las familias de éstas, así se haya intentado una aparente cercanía de los gobernantes con apapachos fingidos y fotografías de igual talante y propósito. Y ni hablar del comentario en redes de la senadora y secretaria general de Morena, Citlalli Hernández, al culpar al pasado de este nuevo y grave percance, cuando desde hace 26 años, la izquierda a través de sus diferentes agrupaciones partidistas ha tenido el gobierno de la Ciudad capital. Una desmesura y desatino que agravó la percepción sobre el perfil de los gobernantes de la capital, que aún resienten los reveses electorales de junio del 2021, cuando la oposición repintó con una cromática distinta numerosos baluartes guindas hasta entonces.

Si no fue un derrumbe esta vez, “el alcance de trenes” tuvo un impacto mucho mayor en la percepción social sobre sus gobernantes y sus verdaderos rostros,perfiles y aún capacidades y liderazgos en medio de una crisis.

Sheinbaum, hasta ahora la más afectada, tendrá que hacer muchas cosas nuevas e inteligentes para remontar su peor cuesta de enero, hasta ahora. Queda claro que no se puede gobernar una ciudad de las complejidades y retos inherentes a la capital mexicana en horarios habituales, y sobre todo nada más que de lunes a viernes. Eso no es posible, salvo que haya una renuncia al futuro, aún incierto y con políticos de peso completo que ambicionan un solo sitio posible en el 2024, aunque con mucha mayor mesura y eficacia.

Roberto Cienfuegos J.

@RoCienfuegos1