Las reacciones sobrevinieron rápido. No fue para menos. El gobernador sinaloense, el morenista Rubén Rocha Moya,
se lanzó duro, pero al margen de la ley cuando llamó a los productores de maíz de esa entidad –imagínese usted- a tomar las instalaciones de las empresas Gruma, Cargill y Minsa. Incluso dijo que él mismo encabezaría las tomas.
Fue el recurso del que Rocha Moya echó mano para resolver la toma del aeropuerto de Culiacán.
Puso en claro su desdén por las consecuencias de esas eventuales acciones en contra de empresas
Señaló que las grandes industrias nacionales tienen en Sinaloa a sus acopiadores de granos, los cuales obstaculizan la recepción de la cosecha, con la intención de estorbar y boicotear el programa que se tiene establecido para comercializar hasta dos millones de toneladas de la cosecha estatal que alcanzará los 5.5 millones de toneladas.
Dijo a los productores que los grandes industriales están acostumbrados a ganar grandes fortunas con el maíz de Sinaloa.
Ante semejante desplante del hombre que debería ser el primero en respetar y hacer respetar las leyes del Estado, el residente del American Society of Mexico, Larry Rubin, reaccionó casi de inmediato.
Ante la arenga de Rocha Moya, Rubin consideró “sumamente irresponsable” la actitud del Gobernado, al sugerir una acción carente de legalidad en su estado, como la ocupación de bodegas pertenecientes a empresas estadounidenses.
Rubin hizo ver que las compañías estadunidenses aludidas por Rocha Moya cumplen con sus obligaciones fiscales, generan miles de empleos y realizan inversiones en México.
En consecuencia, planteó la exigencia de una rectificación del Gobernador debido a que sus arengas incitan al delito.
Más aún, consideró, “resulta inconcebible que un funcionario de su posición respalde la ilegalidad y el crimen”. Eso dijo el presidente de la American Society of México.
Aseveró que buscaron al gobernador para explicarle que sería más apropiado que se enfoque en el desarrollo de su estado y en atraer mayores inversiones, en lugar de realizar acciones como esta que únicamente ahuyentan a inversionistas serios que buscan contribuir positivamente en México”.
El llamado de Rocha Moya también fue rechazado por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Dijo que la propuesta de éste, no resolvería el problema.
No obstante, López Obrador aprovechó para de nueva cuenta atizar la hoguera contra los conservadores y señalarlos de estar desesperados para afectar la transformación del país.
Hizo ver que su gobierno no cedería al chantaje de un grupo “elite” y reivindicó la defensa de los pequeños productores.
La víspera, el caso retomó el cauce institucional luego que el gobernador Rocha Moya alcanzó un acuerdo con los productores para iniciar un diálogo. Desalojaron el aeropuerto de Culiacán luego de una toma de 40 horas y según informes de prensa, de afectaciones en casi sesenta vuelos. Menos mal que se impuso la cordura.
Quedó sin embargo en el ambiente un llamado de la primera autoridad del Estado de Sinaloa a violentar la ley. Habrase visto. ¿Cómo hacer entender que la ley debe ser la ley, más aún cuando mayor sea la investidura?
Roberto Cienfuegos J.
@RoCienfuegos1