Para el sector de los trabajadores 2022, arrojó claro oscuros en materia laboral porque la
economía continuó sin crecimiento para la suficiente generación de empleos, luego de que el año anterior se había caído en un 8.5% y que ha venido arrastrando a lo largo de los meses, sin una contundente política laboral que empuje a que cada vez más mexicanos obtengan un empleo y un ingreso digno.
La Reforma Laboral a la que apostó el gobierno en turno de que sería la que vendría democratizar los sindicatos, ha reflejado lagunas que han generado hasta golpeteo al sector obrero, en una clara intención de permitir a sindicatos “alienados” con el gobierno obtener contratos colectivos sin tener el arraigo en los diferentes sectores productivos del país.
Los número del INEGI arrojan que la tasa de desempleo sigue siendo alta y de que desde la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, que encabeza Luisa María Alcalde, no ha empujado a que crezca el trabajo formal con seguridad social, lo que ha dado paso a un crecimiento real de las actividades informales ante los salarios precarios que se pagan en el mercado laboral.
Los estragos del Covid que ocasionó la muerte de miles de trabajadores que no encontraron atención médica suficiente se arrastraron hasta este año, para las familias de los trabajadores en los social, mental y digital, pues en este último segmento llegó el famoso “home office” que agolpó a los trabajadores y de paso generó problemas internos de las familias.
En el arranque de 2022, uno de los temas más sobresalientes, fue el ingreso del Presidente de la República al Hospital Militar, el 21 de enero, lo que generó incertidumbre entre los factores de la producción, pese a que se manejó que había sido una “revisión de rutina” pero que metió ruido en el ámbito nacional.
Con un tibio arranque la economía nacional, se empieza a vaticinar las tasas de crecimiento que oscilan entre el 1.5% y 2%, por parte de los analistas financieros, para entonces en el sector de los trabajadores del periodismo, cae asesinado el periodista Roberto Toledo, de Monitor Michoacán, un trabajador el cual quedó en la impunidad. Para este mes la efervescencia se centraba en la elección del nuevo dirigente del Sindicatos de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana, que por más de 25 años usufructuó el cacique Carlos Romero Deschamps, ahora retirado y gozando de su incalculable fortuna a costa de los trabajadores.
Para entonces en el ambiente nacional flotaba el asunto de la “casa gris” donde aparecía en un video el hijo menor del Presidente bailando en la fuente, lo que desató todo tipo de dimes y diretes, asimismo en ese mes de febrero se tensaron las relaciones diplomáticas con España, por aquellas cartas de que la Corona y el Gobierno Español pidiera perdón a México, cosa que nunca sucedió, lo que llevó a una pausa en las relaciones bilaterales. Ya para entonces se advertía que el ambiente contra los periodistas, trabajadores de los medios no es conveniente para nadie, apuntaba el Senador Ricardo Monreal.
En este lapso se viene un ataque al periodista Carlos Loret de Mola, de que supuestamente por los ingresos que percibe, lo que provoca que el Foro Nacional de Periodistas y Comunicadores A.C, levanten la voz para frenar estos embates, ya que las cifras arrojaban que iban 57 periodistas asesinados del 1º, de diciembre de 2019 hasta este mes, además ya empieza a repuntar la inflación, fecha en que se empieza a lanzar la Reforma Eléctrica que a la postre quedaría desechada.
Así en el mercado laboral continúa la contracción del empleo, sin poder recuperar plenamente el 1.2 millones de empleos perdidos durante la pandemia, ya para abril estalla la invasión de Rusia a Ucrania, por lo que en el ámbito económico se maneja que esto traerá aumento en los alimentos y hambre en el mundo, principalmente para América Latina, situación que se reconocía en el ámbito del gobierno.
Ya para entonces la discusión sobre la Reforma Eléctrica había subido de tono, sin embargo, el SUTERM que comanda Víctor Fuentes del Villar, guardaba silencio sobre el impacto y más aún daba su respaldo incondicional para mantener intacto su “cacicazgo”, y así siguió el peregrinar de los trabajadores que siguieron haciendo sus revisiones contractuales y en algunos casos la legitimación de contratos colectivos de trabajo.
Esto llevó a que el sector obrero advirtiera que pese a que se realizan estos procesos difícilmente podrán legitimar más de medio millón de contratos colectivos, cuando apenas se llevan unos 15 mil, y esto debe quedar el próximo 1º. de Mayo, de 2023 se cerrará el proceso, donde todo apunta a que no se cumplirán las metas
Sin embargo, la aplicación del voto libre, secreto y directo ha quedado entre claro oscuros en sindicatos que encontraron lagunas en la Reforma Laboral, porque ajustaron sus estatutos a sus intereses y fueron juez y parte con las comisiones electorales, casos más sonados son los del Sindicato Petrolero, señalada como una imposición y más recientemente el Sindicato Nacional de Trabajadores de Salud, que comanda desde hace más de dos décadas Marco Antonio García Ayala, que echaron mano de todo para simular una elección y cerrar el paso a más candidatos, donde la moneda todavía está en el aire.
Así, también con estas legitimaciones han entrado a la jugada sindicatos de los llamados “alineados” con el gobierno y que se ubican en el ala izquierdosa para apoderarse de sindicatos sobre todo en un golpeteo constante como centrales obreras como la CTM, a donde han apuntado desde este sexenio sindicatos que se identifican con el actual gobierno.
Así ya con una inflación de más del 8%, que arrancó con mayor intensidad desde agosto, está cerrando el año con un alto nivel de precios y con tasas de interés igual cercana al 8.5%, como medida para enfriar la economía, pero desalentar el crecimiento de sectores por el encarecimiento de los créditos y del dinero.
Con ello, llegó también el incremento al salario mínimo que ubicó en 207 pesos diarios, con un aumento del 20%, que si bien beneficia a unos 6 millones de trabajadores, se convierte en referencia para las revisiones contractuales de los sindicatos que oscilan entre el 20% y 25%, para compensar sus demandas, obligados porque no pueden solicitar menos, lo que ya es una alta presión para los patrones y las empresas.
El vaticinio es que para enero o febrero de 2023, sino cede la inflación, este incremento a los salarios mínimos quedará achatado porque los precios no bajan y hay mucha distorsión en el mercado por el intermediarismo porque no se han erradicado estas prácticas. Así en un contexto de alta polarización política México cierra el año con claro oscuros que inevitablemente resentirán los trabajadores y sus familias y todos los mexicanos el próximo año. Hasta la próxima. Estimados lectores con esta columna les deseamos Feliz Navidad y excelente Año Nuevo, haremos una pausa en estas próximas dos semanas y nos volvemos a leer en enero de 2023.