Por más que buscan pretextos para ocultar todo el deterioro que tiene el Metro por déficit en su mantenimiento,
el gobierno de Sheinbaum no ha podido sacudirse los señalamientos de que este sistema de transporte está convertido en una "bomba" de tiempo, por la indolencia de no admitir que los accidentes son responsabilidad directa de quien o quienes están al frente del gobierno capitalino, tratando de construir una narrativa de sesgar que en estos hechos los trabajadores tienen injerencia.
Para nadie es desconocido que la administración de Claudia Sheinbaum, no ha tenido empatía con el Sindicato de Trabajadores del Metro, que comanda Fernando Espino Arévalo, desde su llegada al poder en 2018, por no ser un sindicato dócil y al servicio de los intereses de Morena, por lo que a los trabajadores y en especial a la dirigencia sindical, no solo se le ha visto como apestada, sino que ha sido excluida de trabajos de mantenimiento y se ha dado paso a empresas privadas, como es el caso de la Línea 12 o llamada Dorada, que pasó a ser mortuoria, para dar chamba a los amigos o bien a otros intereses.
Desde 1970 el Metro hasta antes de llegar Morena al poder, solo había tenido un accidente fuerte en la estación Viaducto, más allá de otros incidentes menores, ahora se ha dado una cadena de accidentes donde todos son culpables, menos los funcionarios encargados del Metro y ahí tenemos a Florencia Serranía, que era directora del SCT cuando se derrumbó la Línea 12, dejando 26 muertos y más de 80 heridos y lisiados, sin que se le tocará ni para rendir declaración ante las autoridades competentes, con todo cinismo se le separó del cargo, se fue a su casa y sus negocios bajo el manto de la impunidad.
Nada sucedió, la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, que encabeza Ernestina a Godoy, dictaminó que eran trabajadores los responsables, convirtiéndose en una aliada al servicio del gobierno que encabeza Sheinbaum, la "corcholata" que se exhibe un día sí y al otro también, en su desesperación por desviar la atención de que el Metro está en respiración artificial, y que por más que aparezca en videos en los túneles de la Línea 1 que se moderniza, su discurso no aterriza ni convence a la ciudadanía del peligro que corre cotidianamente.
Ahora según las investigaciones de la Fiscalía, veladamente se inclinan contra los trabajadores, ya nada más les faltó agregar que el conductor tenía ganas de chocar en Línea 3, lo cual fue rechazado de inmediato por el Sindicato de Trabajadores del Metro, señalando que es la falta de inversión en mantenimiento de las líneas, porque no basta modernizar una, cuando las demás están a punto de tronar.
Son casi 5 millones de usuarios los que diariamente utilizan el Metro, entre quienes el temor de sufrir un accidente ya lo llevan inherente, porque no tienen otra opción de transporte, pese a que el gobierno capitalino se ufana de tener la más grandiosa movilidad, insuficiente para una ciudad enorme, pero la persistente indolencia del gobierno capitalino choca con la realidad de que el Metro sigue tronando por todos lados.
A tal grado llega la opacidad, que los diputadetes del Congreso Local, en lugar de llamar a cuentas a Sheinbaum y al Director del Metro, Guillermo Calderón, asumen el servilismo y no son capaces los de la fracción mayoritaria de Morena de fijar un enérgico posicionamiento para que el Metro sea eficiente y seguro, por el contrario, ello se arrodillan ante su "Jefa", porque están para servirla, no a la población, llegaron por un hueso y diciendo que "..no son iguales", ya se vio que no, son pésimos.