La estrategia

 

Son muchos los retos que ha empezado a atender el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, pero ninguno tiene la trascendencia como el de la seguridad

para los mexicanos.

Sin un marco de paz y armonía es difícil planificar o administrar el desarrollo de un país y  México cumplió ya al menos 12 años en una guerra contra el narcotráfico que lejos de disminuir el tono de la violencia de los grupos criminales lo ha llevado a niveles extremos, a un baño de sangre.

El saldo  de esta cruenta guerra es de más de 210 mil muertos entre 2006 y 2018, señal de que la estrategia de militarizar la lucha contra el crimen resultó un verdadero fracaso.

En estos meses de transición, el presidente electo ha tenido tiempo suficiente para constatar que el problema no es menor y que tampoco puede verse desde la narrativa de su campaña electoral en la que habló de “perdón sí, olvido no”, finalmente rechazada en los foros de pacificación.

Se topó con un enérgico “ni perdón ni olvido”, que ha llevado a AMLO y a sus colaboradores a replantear el tema, al grado que han pospuesto en diversas ocasiones el anuncio del Plan Nacional por la Pacificación y la Seguridad.

Cómo lograr el “engranaje perfecto”, la distribución de recursos,  económicos y humanos que permitan un programa eficaz, real y de resultados inmediatos y palpables en la población es el punto de quiebre que tiene todo en un impase.

Esto lo resumo basándome en lo anunciado el pasado 17 de octubre por el propio AMLO, donde explica que todo el país se dividirá en  265 regiones, en donde se desplegarían  personal militar, naval y federal de acuerdo al nivel de riesgo.

En las más altas, como la del norte del país; el triángulo dorado del narcotráfico (Chihuahua, Sinaloa y Durango), así como Tamaulipas y Baja California (Tijuana), por ejemplo, estarían presentes 600 elementos. En las zonas de incidencia delictiva habría 450  y en las de “menor” riesgo, 300 militares de la defensa, de marina y de la policía federal.

Sera suficiente este despliegue militar ante el poderío del crimen organizado y más aún, “¿de dónde saldrán tantos elementos?”

No podemos olvidar la promesa y propuesta de Andrés Manuel López Obrador a los jóvenes a los que beneficiará con la “beca” de 2 mil 300 pesos mensuales y un trabajo para que se enlisten en el servicio militar.

De esta forma la Defensa Nacional se allegaría de mil elementos anuales: los 50 mil que él mismo propuso y, dijo, necesitan nuestras fuerzas armadas. 

Pero, hay que poner en la mesa, la incapacidad de las policías estatales y municipales, su falta de preparación y los escasos recursos con que desempeñan sus labores, los han colocado en franca desventaja ante cárteles armados hasta los dientes y con estrategias más efectivas para enfrentarlos.

Ésta en definitiva, es una estrategia de seguridad muy difícil no solo de llevar  cabo, sino de coordinar y de complementar, porque donde uno solo de los elementos falle, se coluda y corrompa, daría al traste con todo y lejos de ser este un gran acierto gubernamental  sería un gran fracaso.

Para cerrar la pinza en este esquema se tiene muy avanzado ya el proceso de despenalización de las drogas, lo que sin duda debilitará parcialmente al narco, aunque está claro que mientras haya otras drogas en el mercado negro, los cárteles se concentrarán en ellas para mantener vivo su negocio.

En este Plan de Seguridad, de contemplarse lo expuesto no solo estaría involucrado el Gabinete de Seguridad Nacional, también entraría a operar el gabinete económico y las oficinas de desarrollo social, y Salud,  porque no olvidemos que se busca reubicar a los desplazados de sus tierras y dar empleo y ocupación a la población lo que reduciría, según estimaciones, la delincuencia en el país.

Qué ganas de ocupar estos espacios de opinión para poder aplaudir en el futuro el éxito de la nueva estrategia de seguridad, porque ello significaría paz social para todos, caminar sin miedo por las calles del país y elevar, por tanto, la calidad de vida de todos.

Lo que no se ve con claridad es cómo, con pocos recursos, puedan tenerse los resultados que todos esperamos en el corto plazo, eso sin contar con una buena coordinación en los mandos institucionales.

La ruta ya está trazada, el tiempo lo dirá.

FB: Paco Ramirez
Tw: @ramirezpaco

Asesoría:  Alejandra Ojeda