¿Misión cumplida?

La llegada a México de la vacuna contra el covid-19 representa sin duda la posibilidad de iniciar la recuperación de la salud pública, la economía nacional y la ansiada normalización de la convivencia social. Sin embargo, no traerá en automático la solución inmediata a tantos problemas que saldrán a flote una vez concluido el recuento de los daños.

 En principio es importante no confundir la vacuna con la vacunación una logística que se antoja extraordinariamente compleja.

Hay razones suficientes para dudar de que este anuncio responderá a las expectativas que generó, por todo el antecedente que este gobierno viene arrastrando luego de debilitar las cadenas de suministro médico.

Es indiscutible que se da un primer gran paso hacia la búsqueda de la inmunización de la población co0n la llegada de las primeras 249 mil 800 dosis de vacunas contra el COVID 19, pero no podemos echar campanas al vuelo y asegurar que para mediados del 2021 ya estaremos todos vacunados.

El reto para la administración pública es mayúsculo por la organización interinstitucional, la logística que implica y la capacidad técnica y humana requerida para la distribución, manejo, control, conservación, custodia y aplicación de las vacunas.

¿Dónde se almacenarán las vacunas si requieren ser refrigeradas a temperaturas de -70°C si no se cuenta con esa infraestructura? ¿Quién asegurará a la población la segunda dosis que completa el tratamiento antiviral? O ¿Qué pasará con el ciudadano que sólo se vacunó una sola vez?

¿Se ha hablado ya de las reacciones secundarias de la vacuna?

La vacuna se aplicará en cinco etapas, primero al personal que trabaja en salud, después a adultos mayores y finalmente al resto de la población por grupos de edad. La meta es alcanzar una cobertura de vacunación de 75%.

Llega pues la vacuna, pero en medio del peor repunte de contagios y por ende de muertos, con la urgencia enorme de controlar al coronavirus, con una sociedad desesperada por salir y dejar el confinamiento, sin sana distancia, sin cubrebocas, sin cuidados y que todo en su conjunto dibujan un panorama de horror que amenaza con colapsar los hospitales de varias ciudades del país, incluyendo Ciudad de México.

¿Misión cumplida? Sin duda en la obtención de la vacuna pero, no es momento de triunfalismos, sólo con una campaña exitosa de vacunación contra la pandemia, se enmendaría parte de los fatales errores cometidos y que han costado decenas de miles de vidas. Uno de ellos, por cierto, dejar fuera del acceso a las vacunas a los hospitales particulares, lo cual hubiese aliviado la carga que el gobierno se está echando a cuestas. No quieren compartir la gloria, pero tampoco repartir culpas.

No deja de ser irónico que la ciencia venga al rescate de un gobierno que redujo su presupuesto, acusó a los científicos de inconscientes y desapareció los fideicomisos en los que se sustentaba buena parte de la actividad científica.

No es momento de bajar la guardia, hoy más que nunca en medio del peor de los repuntes de la Covid-19 necesitamos ser responsables, cero fiestas, confinamiento, sana distancia, cubrebocas y tomar conciencia, si te cuidas… me cuidas.

La vacuna puede ser la luz al final del túnel, pero no el final de este viaje aterrador.

Reflejos:

• Cerramos 2020, un año para analizar y no repetir.
• Gracias a todos quienes me regalaron su tiempo para leer, analizar, comentar y criticar las “100 Palabras” y espero lo sigan haciendo a partir del 7 de enero.
• Por lo pronto les deseo ¡Felices fiestas! En sana distancia y un extraordinario año nuevo 2021.