Dentro del universo de noticias sobre al futuro de la economía, la situación de la pandemia, los desastres naturales, el regreso a clases presenciales y el refuerzo a los programas sociales del gobierno en el nuevo presupuesto, surge lo que podría considerarse una oferta irresistible.
Hacienda y el SAT tiraron el anzuelo en la miscelánea fiscal, el Régimen Simplificado de Confianza, una atractiva y nueva manera de declarar impuestos a la que podrán recurrir los contribuyentes con ingresos de hasta 3.5 millones de pesos al año, en el caso de las personas físicas.
Simplificación: se acaba la compleja y engorrosa presentación de la declaración de impuestos, ésta ya estaría pre-llenada en la página del SAT y a un clic de entregarla, olvidándonos de facturas, cuentas, deducciones y hasta del contador.
Obvio tampoco habría pagos ni devoluciones.
El nuevo régimen fiscal busca además incorporar a los informales a la formalidad, ampliando la base de contribuyentes, así como desincentivar los servicios simulados y con ello la existencia de las factureras o empresas fantasma.
Lo más atractivo sin duda es la propuesta de acabar con la tasa de hasta el 35% del Impuesto Sobre la Renta ISR que nos son arrebatados del sueldo antes de llegar a nuestras manos y en su lugar aplicar tasas impositivas mínimas, de acuerdo con los ingresos del contribuyente: 1% para ingresos menores a los 300,000 pesos anuales y 2.5% para quienes tengan ingresos de 2.5 y hasta 3.5 millones de pesos.
Sin duda uno de los pocos anuncios positivos desde el arranque del actual Gobierno Federal, que promete mejorar el panorama de al menos diez millones de contribuyentes.
Ahora bien, como en toda decisión de gran calado, no debemos perder de vista los requerimientos y riesgos que implica:
Lo primero y más urgente es la necesidad de una difusión amplia y clara, (si es aprobado) de lo que representa el nuevo régimen fiscal, beneficios, a quienes va dirigido y cómo incorporarse a él.
Riesgos:
- Caída en la recaudación (la estimación de resultados es de entre 3 y 5 años)
- Que no alcancemos el rango del 4.1% de crecimiento económico esperado en el Paquete Presupuestal 2022
- Un aumento desmedido en el monto de la deuda pública que requiera de mayores recursos de los previstos originalmente. ¿De dónde saldrían esos recursos?
Las personas morales no quedan fuera del nuevo régimen, siempre y cuando no ingresen más de 35 millones de pesos al año. Con este tope, el 96 por ciento del total de las personas morales, se verá beneficiado.
De ser aprobado por el Congreso, el Régimen Simplificado de Confianza, comenzaría a operar a partir del próximo 1 de enero.
Una medida que merece reconocimiento general y el apoyo de quienes estamos obligados a cumplir.
Ojo: El anzuelo a los contribuyentes esta echado ¿caerán? Y si así ¿Quedarán cautivos?