Cuando Alejandro Gertz Manero llegó a la Fiscalía General de la República (FGR), se vivían momentos de esperanza por consolidar al organismo que transformaría el modelo de
procuración de justicia, honrando su naturaleza autónoma.
Han transcurrido tres años de gestión y ni autonomía ni logros.
Los delitos no denunciados siguen arriba del 90 por ciento. Información de México Evalúa revela que en la FGR ha habido una disminución del 30% en las investigaciones entre 2018 y 2020. Además prevalecen el rezago institucional y la impunidad que del 61% que tenía en 2017, pasó al 95.5% en 2020. Sin contar que el personal en las fiscalías y en los ministerios públicos está rebasado de trabajo en todo el país.
Pero además, el fiscal está envuelto en una catarata de escándalos, y de manera paralela ha utilizado a la institución y el poder que le concede su cargo, para emprender venganzas personales, dejando por los suelos la imagen de la Fiscalía, con la complacencia de quien lo propuso en el cargo. Desde octubre de 2020 tiene en prisión a su cuñada Alejandra Cuevas, sin que existan pruebas que demuestren su relación con la muerte de Federico Gertz Manero, su pareja durante 50 años. El caso llegó ya hasta la Suprema Corte desde donde este lunes cayó una cubetada de agua fría para la impartición de justicia en nuestro país, por presión política no se atrevieron a ordenar la liberación de la imputada, que de todos modos vendrá.
De esa manera, Gertz Manero ha empleado igualmente sus influencias para perseguir judicialmente a 31 trabajadores, investigadores y científicos de Conacyt, contra quienes solicitó a un juez su reclusión en un penal de alta seguridad. Todo para cobrar venganza por oponerse a su aprobación como investigador nivel III en el Sistema Nacional de Investigadores y por haber hecho público el plagio que el funcionario cometió para lograrlo.
Y mientras, los casos de homicidio contra periodistas y activistas en México no avanzan.
Apenas hace unos días se dio a conocer un informe de la Unidad de Inteligencia Financiera, que revela el uso de cuentas de la Universidad de las Américas para enviar cantidades millonarias a cuentas bancarias a nombre de Alejandro Gertz Manero, sus familiares en México y el extranjero, e incluso a paraísos fiscales. Los depósitos alcanzan los 150 millones de pesos.
Este jueves Gertz Manero comparecerá en privado, ante un comité del Senado de la República, en medio de la coyuntura por la presunta presión que habría ejercido en la Suprema Corte, para acordar el sentido de la sentencia que se emitió el lunes 14 sobre el caso contra su familia política y se espera además se discuta la demanda de remoción planteada por el PAN.
Abuso de poder, tráfico de influencias, uso de recursos públicos y falta de resultados, así las credenciales de nuestro fiscal general de la república en un Estado fallido.
¿Quién pone orden en la casa?