Sin restos ni rastros

México está hoy en una espiral de violencia ligada al poder del crimen organizado, ante la incapacidad y la ceguera de las autoridades, con miles

de fosas clandestinas (más de 4 mil) y desaparecidos (más de 90 mil hasta agosto de 2021) en todo el país.

La matanza ocurrida en San José de Gracia, Michoacán, el pasado 27 de febrero, tienen diversas lecturas que nos remiten al grado de descomposición social que se vive en México ante la complacencia de un gobierno más preocupado por negar la realidad de la violencia, que por la violencia misma.

Cuando no es Zacatecas, es Quintana Roo o Morelos o Baja California. Cuando no es Guerrero, es Colima o Nayarit o Jalisco. Cierto, en el pasado como ahora, son los diversos cárteles del narcotráfico los protagonistas de las masacres, levantones, homicidios y ahora fusilamientos, pero la promesa de resolver el problema sigue sin cumplirse. El Gobierno Federal no acierta más que a condenar la herencia de la inseguridad, incapaz de tener un plan de acción efectivo, dejando un vacío que los grupos delictivos han llenado, generando una sangrienta guerra por los territorios.

Increíbles los “razonamientos” que se expresan en Palacio Nacional. Primero asegurar que lo de Michoacán no fue un fusilamiento, que ‘solo’ había en el lugar casquillos y restos humanos, pero no cuerpos. Todavía el martes se atrevieron a sugerir que los hechos de San José de Gracia tienen su explicación en el fraude electoral que –según él- le arrebató la presidencia ¡hace 10 años! Otra vez, la culpa es de Calderón.

Hay grabaciones parciales de un ataque armado, vestigios de balas y sangre, pero no hay cuerpos y esto último pareciera decir, sin cuerpo no hay delito que perseguir, así de fácil se sacuden las responsabilidades.

¿Se podría decir lo mismo entonces de la matanza de Ayotzinapa? No hay cuerpos  ¿Qué estamos entonces investigando?

Barbarie cada vez más generalizada y sistematizada en el país y sin que el Estado haga nada para combatirla, ¿Cómo entender que se niega o minimiza el hecho y se salga a contar la historia de los dos grupos rivales en San José de Gracia, las amenazas de unos a otros con fechas, nombres y detalles?  

El gobierno no masacra, pero de frenar a los cárteles y la guerra que sostienen, ni una palabra, porque no se tiene nada que decir, no hay estrategia, ni para que la Guardia Nacional, ante el poder del narco que se ha apoderado del país.

A la mitad del camino los problemas nacionales se multiplican peligrosamente. Y de los seis meses que trazó al inicio de su mandato como plazo para resolver la inseguridad, este gobierno lleva tres años con una violencia fuera de control y un país que se le desbarata entre las manos.

Pero…’Vamos avanzando’.