La ola democrática latinoamericana que, durante décadas, a sangre y fuego, sufriendo represión, persecuciones,
calumnias, golpes bajos, fraudes electorales, golpes de estado, se ha enfrentado a las oligarquías locales asociadas al imperialismo norteamericano, ha logrado avanzar, lentamente, y luego ha sido obligada a retroceder con grandes costos sociales, con pérdidas de líderes y de movimientos, ahora, ante los triunfos de últimas fechas de Lula, de Petro, de Boric, se ve enfrentada a un imperialismo más agresivo, que ante el avance de otras potencias, Rusia y China, manotea y patalea por todo el mundo, amenaza, sanciona, golpea, pone de rodillas a los gobiernos europeos, provoca por todo el mundo, y reclama lo que considera su patio trasero y vuelve a orquestar ataques contra los grandes lideres que no se le hincan y golpea a las economías latinoamericanas.
Simultáneamente, en Argentina contra Cristina Fernandez, en Perú contra Pedro Castillo, en Brasil contra Lula, y en todo el continente al sur del rio bravo, el imperialismo destruye todo lo que se le opone. Claro, la prensa local, toda en manos de unas cuantas familias, están al pendiente de cada pose del nazi ucraniano, a la vez que con gran placer se suman a las campañas de calumnias y desprestigio de quienes se enfrentan a la maquinaria de poder que se siente amenazada en los excesos de sus privilegios.
Pero esta historia ya la hemos vivido, con algunos matices, aunque es la primera vez que toda América Latina se alza en movimientos populares electorales que reclaman mayor bienestar social, estabilidad económica, defensa de los recursos naturales y mínimos de distribución de la riqueza. En el pasado no se dieron fenómenos de liberación simultáneos, excepto Cuba y Nicaragua, pero con triunfos muy distantes en las fechas, y luego se sumó Venezuela. En medio de eso, las dictaduras más sangrientas, mezcladas con otras menos represivas se dieron simultáneamente por toda la región. Cientos de miles de muertos en todo el continente por cortesía de la democracia bicéfala, disfrazada de demócrata y republicana en contra de nuestros pueblos.
Las carencias de los pueblos, sus necesidades, los anhelos de libertad, justicia, bienestar, nos llevan a luchar una y otra vez y a enfrentarnos repetidamente a un poder implacable.
Ya lo hemos vivido en cada país. Sabemos perfectamente que todo triunfo popular volverá a ser derrotado por el imperialismo militarista norteamericano y sus aliados locales.
Bajo la seguridad de esa premisa, los movimientos democráticos nacionalistas locales, tratan de avanzar sin hacer mucho ruido; han cambiado el lenguaje, los programas de lucha, las demandas sociales.
Se trata de luchar sin despertar al monstruo; que no se enoje; que vea que sólo queremos participar hasta donde nos lo permitan.
Jugar a la democracia de los ricos, hasta donde los ricos quieran.
Por eso, ya no hay organizaciones obreras, ya no se lucha por aumentos salariales y se dejan perder todas las conquistas anteriores. Hoy nada más se trata de ser popular y simpático y atraer votos. Sin tocar las estructuras de poder, sin afectar el modo social de producción que asegura el reparto de miseria para muchos
y el bienestar absurdo para pocos.
No se vale organizar a las masas para ir más allá del voto. Es válido repartir algunas migajas como programa de bienestar social. Nada de conciencia política, de militancia, ni de ideologías pasadas de moda. Los pueblos deben votar y aplaudir, y dar gracias por los nuevos líderes carismáticos.
Por eso en Perú, como a la oligarquía local asesorada por el miserable secretario general de la onu, no les gustó nunca el profesor de pueblo que quiso ser presidente, lo destituyeron, por incapacidad moral. Aparte de que eso no significa nada y no está tipificado en ningún lado, ¿qué político en el mundo pasaría un examen de esa barbaridad ?
Pedro Castillo ha sido derrocado y enviado a la cárcel por querer dirigir y creer que podía conducir un proceso democrático él solo. No había nadie a su lado; lo intentó, se aferró, luchó. Pero estaba solo.
Bolivia, Argentina, Chile, Brasil, Colombia, Perú, Ecuador, México, Cuba, Nicaragua, Venezuela, la lucha no es de dirigentes iluminados. La lucha es del pueblo organizado, y sólo con el pueblo se podrá construir a largo plazo.
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Arturo Salcido Beltrán
* diputado federal por el partido comunista mexicano, 1979-1982.
* presidente del colegio nacional de economistas, 1989-1992.
* director de programación y presupuesto del instituto politécnico nacional, 1987-1992.
*director general de educación en ciencias del mar de la secretaria de educación pública, 1992-1995.
* director general de publicaciones del instituto politécnico nacional, 2001-2010.
*autor del proyecto de iniciativa de ley para una nueva constitución política de los estados unidos mexicanos, 2000-.
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@AsalcidoB