Estados Unidos está en quiebra real y auténtica; no es un problema de ideología, ni de números, ni de enfoque; Estados
Unidos está en quiebra y la explicación es muy simple: debe mucho más de lo que puede pagar.
Sus deudas crecen cada día y sus ingresos caen. Deudas derivadas del comercio exterior deficitario; deudas derivadas de su excesivo gasto militar; deudas derivadas de su déficit presupuestal; deudas derivadas del enriquecimiento artificial ilimitado de una clase parasitaria que acumula fortunas inimaginables; deudas derivadas de las locuras de un aparato gubernamental desquiciado.
Lo más grave es que llegó a esta quiebra intencionalmente; se endeudó brutalmente con la intención de no pagar.
Dicho de la manera más simple y sencilla ha estafado al mundo durante cien años (79 oficialmente), de manera consciente, planeada, dirigida, pero lo peor de todo, violentamente, porque ha obligado a todos los países a dejarse estafar.
Claro que, país por país, por las buenas o por las malas, ha encontrado a los aliados necesarios para imponer su voluntad. No se trata solamente de los Pinochet y de los Macri que fue haciendo a su gusto o de los peleles europeos actuales, sino de un proceso sistemático de conducción de la economía mundial a su capricho, bajo dominio absoluto, a sangre y fuego, haciendo buen uso de sus casi mil bases militares por todo el mundo y de sus cientos de miles de agentes de todo tipo repartidos en gobiernos, bancos, empresas, partidos, ejércitos, terroristas, traidores a sus pueblos.
Durante 79 años y más
(Bretton Woods), Estados Unidos inundó y estafó al mundo con millones de toneladas de papel pintado de verde, lo impuso como moneda mundial y se hizo acompañar de dos grandes instrumentos de estafa mundial, El FMI y el Banco Mundial, que iban legitimando el proceso de engaño, sometimiento, despojo, dependencia, colonialismo.
El punto es que Estados Unidos tiene un desfalco acumulado inmenso que aumenta anualmente, y que no puede pagar porque debe muchísimo y sigue gastando más de lo que genera.
Lo único que hace cada año el gobierno norteamericano para mantener el engaño es jugar internamente entre sus dos partidos cómplices la gran farsa del llamado techo de endeudamiento.
En ese juego, el partido en el poder pide permiso para imprimir más dinero para pagar sus deudas con más papel verde, y el partido opositor juega a que no le va a dar permiso.
En ese juego cínico, logran que el mundo se preocupe por las tremendas consecuencias que acarrearía a la economía mundial que Estados Unidos dejara de abonar papeles a sus deudas.
Después de un largo show, antidemócratas y antirrepublicanos se ponen de acuerdo y se dan la mano felices y contentos junto a las modernas impresoras que ahora, más modernas, sustituirán los billetes verdes por impulsos digitales.
Y todo resuelto hasta el siguiente show que para el próximo año electoral promete ser más divertido.
"Y eso es todo amigos"... pero, hay nuevos jugadores en la cancha.
Un gran bloque de países, apoyados por muchos más, han cobrado conciencia de la estafa y de las múltiples agresiones, y se alzan rechazando los papelitos verdes y exigiendo nuevas relaciones de intercambio.
Por ahora, el único camino que parece tener por ahora el gobierno norteamericano es despojar más a su propio pueblo, y a los pueblos europeos, cuyos gobiernos están siempre dispuestos a lamerle las botas al tío sam.
arturo salcido beltrán
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*diputado federal por el partido comunista mexicano, 1979-82.
*presidente del colegio nacional de economistas, 1989-92.
*director de publicaciones del instituto politécnico nacional, 2001-10.
*director de ciencias del mar de la secretaría de educación publica, 1992-95.
*director de programación y presupuesto del ipn, 1985-92.
*coordinador de las escuelas de ciencias sociales del ipn, 1979.
*autor del proyecto de iniciativa de ley, nueva constitución política de los estados unidos mexicanos.