Sobre el diluvio de rostros tristes
“Dejémonos sorrender por el diario de los andares, hagamos propósito de revisión al final de la jornada y propiciemos que la rectificación de los latidos transforme nuestro débil palpitar”. Vivimos en la apariencia del cuerpo, mientras que el escenario del alma camina en la tristeza muchas veces.